Capítulo 4: Lo más hermoso de mi vida

15 3 0
                                    

"Bueno, ya, deja de llorar —pensó—. Es momento que detengas esto, olvida al estúpido amor por un tiempo de tu vida; por el momento ese sentimiento no es para ti, por más que lo anheles. Tal vez, si te olvidas de él, se acuerde de ti. Aunque, si eso pasa, seré yo quien lo rechace".

Estando aún en su crisis existencial, decidió ir a casa de sus primos que solo quedaba a una cuadra de la suya.

Desayunó, se vistió con un short gris, camisa azul clara y dejó su cabello suelto siendo adornado por un broche de mariposa plateado, unas sandalias de cuero negro y listo. Estaba bien cambiada para ir a dar un paseo cerca de su casa.

Caminó por la larga calle que ya era iluminada por el sol de la mañana y la hacía sudar un poco. Por lo mismo buscó la sombra y fue por ella.

Al ya estar en la casa de sus primos, el portero la reconoció al instante y abrió el portón para que pudiera entrar.

La familia de Robert y Laura habían acabado de desayunar cuando fueron informados que Sasha había llegado a visitar. Era muy común que la joven los tomara por sorpresa, así que, ya estaban acostumbrados.

Laura sabía que su amiga venía a verlos era por ella, así que se levantó de su puesto en la sala de estar y corrió a saludarla.

—Sasha —soltó Laura desplegando una sonrisa.

Las jóvenes se saludaron con un fuerte abrazo y un beso en la mejilla y caminaron juntas hasta la sala de estar.

—¿Qué tienes? —preguntó Laura.

Sabía que a su amiga le sucedía algo, tenía el semblante triste, aunque tratara de ocultarlo con el maquillaje.

—Ando de malas —respondió Sasha.

—¿Es por tu ex? —inquirió Laura sentándose a su lado en el mueble.

—No, en realidad, no me interesa en lo absoluto ese idiota —confesó Sasha—. Es porque, me siento aburrida, ¿sabes? Me gustaría hacer algo nuevo, ¿no te aburre estar siempre en la misma monotonía?

—En realidad, sí —contestó Laura—. ¿Qué te gustaría hacer?

—No lo sé, no tengo idea, pero sí quiero cambiar.

—¿Hacemos un paseo?

—Ay, no hablo de ese tipo de cosas. Porque, cuando uno lo hace, después del momento, vuelve a lo mismo y ese no es mi objetivo.

—Entonces, no sé qué es lo que quieres —Laura quedó un poco pensante—. Bueno, sí entiendo tu punto de vista; pero no tengo idea de qué podrías hacer.

—¿Y si comenzamos a ir al gimnasio? —los ojos de Sasha se iluminaron.

—Esa sería una buena idea si no recordara que siempre lo dejas a medias.

—Pero esta vez será diferente —replicó la joven.

—No lo sé, Sasha —soltó Laura—. Cuando sigo tus ideas, siempre me dejas a medias con los planes tirados.

—No, amiga, esta vez no será así... Te lo prometo, de todo corazón —insistió Sasha.

.

Lorena aprovechó que Sasha no estaba entre sus amigas para contar lo sucedido con Cristian, ya que, se sentía apenada de hablar de su relación con Cristian siendo consciente del pasado de ella con su novio.

—Imagínense —comenzó—, el viernes estuve con Cristian.

Marc apartó el celular de su rostro y mostró una gran cara de impresión.

Casados por accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora