Miguel terminó de recoger la ropa de su closet cuando sintió que algo cayó al suelo. Miró hacia abajo y vio un sobre blanco de carta. Lo reconoció en cuestión de segundos, era la carta que años atrás Marc le había dado.
Dejó la ropa que tenía en sus manos en la cama y rápidamente tomó el sobre para después sacar la carta.
Qué recuerdos...
Lentamente dejó salir una sonrisa mientras repasaba las líneas que había en la carta.
"... Pero no creas, me sentí muy feliz, bueno, en realidad creo que me impacté y a la vez tuve miedo. Dejémoslo en una explosión de emociones. Eso fue, un gran remolino de emociones que me carcomió" era un párrafo que había en la carta. Uno de sus favoritos.
"No sé cuántos días llevamos sin hablarnos, pero yo lo siento como si fuera mucho tiempo. Por eso siento la necesidad de hablarte, escuchar tu voz y que digas aquellos apodos básicos que me tenías. Sin embargo, no sé si lo que quiero es escucharte, verte, o simplemente pensar que te importo, que hay un hombre en alguna parte de esta existencia que tiene los mismos sentimientos que yo tengo hacia él" volvió a leer uno de los párrafos finales.
Antes no llegó a entender qué quiso decirle Marc con aquella carta, no comprendía sus comparaciones y mucho menos esa rara forma de escribir. O no sabía si lo que tenía era miedo de poder entenderlos.
Tenía más de tres meses intentando retomar la comunicación con Marc, quedaron como amigos y se llevaban bien. Pero aquella carta le acababa de revolver los sentimientos, esos que había guardado bajo polvo.
Se sentó en un bordillo de la cama y no pudo controlar el que sus pupilas se inundaran de lágrimas. Los últimos rayos de sol se colaban por el balcón y le daban un tono salmón a la habitación que estaba siendo desocupada.
Miguel quería independizarse, comenzar una nueva vida, una tranquila, llena de trabajo y enfocada en sólo seguir su vida sin nadie a su lado. Sentía que... después de esa relación que tuvo años atrás con Marc, no podría conseguir a alguien que superara los sentimientos que tuvo por él. A veces llega una persona que marca tu vida para siempre, después de ella ya nada será igual, no habrá alguien que supere o iguale lo ya antes vivido. Era por esa razón que Miguel deseaba sólo cerrar la puerta al amor y vivir tranquilamente su vida, solo, así se sentía bien, así había estado viviendo su vida en esos años y deseaba que siguiera así.
No deseaba interrumpir la tranquilidad que Marc estaba teniendo, se veía muy bien, alegre con la vida que estaba teniendo. Lo había escuchado conversando con su mejor amiga sobre un hombre que trabaja en su empresa, parecía que se estaba dando una oportunidad con él. Simplemente, no tenía posibilidad alguna con él.
No lograba entender el por qué no podía dejar de llorar, el por qué se sentía tan triste después de leer aquella carta. Quería detenerse, sentirse bien, darse cuenta que aquello había quedado en el pasado, pero, por alguna razón, su corazón estaba desbocado, dejando salir un sinfín de sentimientos que no podía controlar.
"Comienzo a creer que la vida sólo me ha estado dando migajas, y en el peor de los casos, yo recojo las migajas que ella tira en el suelo" fue lo último que Marc escribió en la carta antes de despedirse. Ahora Miguel se sentía identificado con esa frase, migajas, él sentía que sólo se había quedado con las migajas que la vida le dio.
Lorena estaba terminando de organizar una habitación de la casa que estaba desocupada, antes no sabía para qué podría servir, pero ahora, después de visitar al doctor, sabía perfectamente para quién sería, su futuro hijo dormiría allí.
Tomó un cuadro que había comprado de un gato dibujado durmiendo en una alfombra y lo guindó en una pared pintada de color durazno.
Estaba emocionada, entre más se metía en el tema de un futuro hijo, más anhelaba tenerlo. El simple hecho de decorar ese cuarto con pequeñas cosas, la hacía sentirse enamorada.
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Casados por accidente
HumorLorena está comenzando su primer semestre en la universidad después de un año de haberse graduado de bachiller. Aunque, vive un infierno en su casa por culpa de sus hermanas. Después de la propuesta de su novio Cristian de irse a vivir con él a su...