Capítulo 2: Si no eres tú, ¿quién?

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—Lo sé, pero, pensé que eso podría cambiar. Que, cuando Laura me tuviera confianza, se comportaría como lo es con sus amigos —aclaró Camilo—. Me he dado cuenta que ella es muy extrovertida con sus amigos, hasta con Robert. Cuando está con ellos es una persona totalmente diferente, pero, cuando estamos los dos solos, ella es reservada, sumisa y... no da problemas en lo absoluto, todo para ella está bien, —Camilo subió los hombros— y ya, eso es todo. En eso se resume Laura cuando está conmigo.

—Entonces, allí lo que hay es un problema de confianza —explicó Cristian—. Ojalá Lorena no me diera problemas, pero, nuestra relación se resume a eso. A mí me toca ser el sumiso para que no vivamos peleando.

Cristian hizo un gesto de desagrado y después puso los ojos en blanco. Tomó con su mano derecha su vaso de limonada que dejaba caer pequeñas gotas frías en la madera oscura de la mesa.

—Amo a Lorena, pero, ella vive estresada y me envuelve en todos sus problemas —confesó Cristian con tono aburrido—. Me llama a las seis de la mañana para que sea su chofer, debo prepararle el desayuno, porque, si no lo hago, estoy seguro que pasaría toda la mañana en blanco. Y para colmo de males, muchas veces me toca trasnochar con ella para ayudarla con sus trabajos, ¿se imaginan eso? ¿Tener que aprender el oficio de su novia para ayudarla?

Camilo quedó un tanto pensante dejando que sus labios formaran un pequeño puchero, meneó su cabeza a los lados intentando encontrar un comentario para lo que acababa de relatar su amigo.

En cambio, Miguel ya tenía un comentario para Cristian. Humedeció sus labios y lo miró fijamente.

—Cristian, debes entender que la vida de Lorena no es para nada fácil. Yo he podido escuchar muchas conversaciones en las que ella llora al no saber qué hacer con los muchos problemas que tiene por culpa de su familia —dijo Miguel—. Me he dado cuenta que su familia en sí, no la apoya en nada con su carrera, la tienen descuidada. Lorena es la joven que tú ves ahora porque ella se ha esforzado en salir adelante. Desde que estaba en el colegio pude ver las muchas estrategias que utilizó para poder sobrevivir —dejó salir un suspiro—. En un principio Lorena me parecía rara y por esa misma razón la molesté muchas veces, pero, después pude ver las razones que había detrás de su extraño comportamiento.

—Sí, Lorena trabajaba y estudiaba para poder comprar sus cosas porque sus padres no le daban dinero, aparte que ella es muy orgullosa y tampoco los obligaba a hacerlo —agregó Camilo—. Sus hermanas viven criticándola y haciéndole la vida imposible.

Cristian dejó salir un suspiro y después tomó un poco de su jugo.

—Lorena solo te tiene a ti. Por lo mismo deberías seguir apoyándola como lo has estado haciendo todo este tiempo —sugirió Miguel.

—¿Desde cuándo te volviste consejero de parejas? —preguntó Cristian con una leve sonrisa mientras veía a Miguel.

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Marc repasaba el lápiz varias veces sobre su boceto de diseño mientras mascaba un chicle con la boca abierta.

—¡Por favor, mujeres, entiendan una cosa! —alzó la voz para que sus amigas pudieran escuchar.

Sasha, Lorena y Laura voltearon a verlo.

Marc dejó el lápiz sobre el papel y después acomodó su cabello dejando su espalda bien erguida.

—Los hombres son creaturas de la naturaleza que están con uno cuando encuentran un habitad favorable —explicó—. Si Sasha terminó con su novio fue porque su relación no tuvo un ambiente amigable.

Sasha abrió su boca en gran manera al escuchar aquellas palabras.

—Por favor, Marc, yo terminé con él porque el muy maldito estaba viéndose con otra —replicó la joven.

Casados por accidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora