Lorena aventó a Cristian a la cama y dejó salir un gruñido mientras le quitaba los zapatos.
—No... déjame, yo no quiero dor...mir... —insistió el joven.
—¡Que te quedes quieto! —gritó Lorena mientras forcejeaba con él para que no saliera de la cama.
Cristian seguía insistiendo en que deseaba no estar acostado, creando en Lorena una gran cólera y le dio un manotazo en el rostro cuando el joven intentó levantarse de la cama.
—¡Deja de fastidiar, Cristian! —regañó la chica.
El pobre hombre llevó sus manos a su rostro mientras gritaba del dolor. Lorena se asustó en gran manera al darse cuenta que se había sobrepasado en fuerza al intentar calmar a su prometido.
—¡Mi nariz, mi nariz! —comenzó a decir Cristian.
—Amor, amor, lo siento, lo siento —decía la chica mientras intentaba quitar las manos del joven de su rostro—. ¿Te golpee duro?
A Cristian se le había quitado la ebriedad después de recibir aquel golpe, o bueno, parte de ella. Quitó las manos de su rostro y dejó ver que su nariz estaba botando sangre mientras la piel se veía roja e hinchada.
—¡Ay, Dios mío! —gritó Lorena.
—¡No me toques, me vas a matar! —regañó Cristian mientras se levantaba de la cama.
En aquel momento Lorena escuchó que estaban tocando la puerta.
—¡Lorena, ¿está todo bien allá?! ¡¿Por qué se escuchan tantos gritos?! —era Adam.
—Ah... ¡sí, todo está bien! —respondió la joven.
Cristian se levantó de la cama tambaleando y se dirigió al baño para limpiarse. En todo ese tiempo Lorena lo siguió mientras le pedía perdón.
—Ya... cállate —gruñó Cristian.
Las manos de Lorena comenzaron a jugar entre sí mientras veía a su novio lavarse el rostro en el lavamanos.
—Si no fueras tan loco a la hora de embriagarte yo no tendría que perder la compostura al momento de lidiarte —dijo Lorena antes de salir de la habitación.
Se hizo de día y Lorena tenía unas grandes ojeras en su rostro. Dio media vuelta en el mueble y cayó de cara en el piso.
—Mierda —soltó.
Comenzó a levantarse adoloridamente y al reincorporarse se encontró con el rostro demacrado de Cristian.
—¿Qué fue lo que me sucedió en el rostro? ¿Fuiste tú? —preguntó el joven bastante molesto.
—¿No recuerdas nada de anoche? —inquirió Lorena un tanto asustada.
—Sólo que Camilo nos trajo al apartamento —explicó Cristian—, pero yo no tenía la nariz tan adolorida y mucho menos el rostro hinchado, ¿qué fue lo que sucedió?
—Intentaste pelear con un tipo y te dio un manotón en el rostro —mintió Lorena.
—¿En serio?
—Sí, deberías controlarte más, un día de estos te van a matar o te darán la paliza de tu vida.
Cristian llevó su mano derecha a su nariz y después hizo un gesto de dolor.
—¿Quieres comer algo?, ¿qué se te antoja? —preguntó Lorena.
El novio de la muchacha tuvo que procesar las preguntas para darse cuenta que ella hablaba en serio.
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Casados por accidente
UmorismoLorena está comenzando su primer semestre en la universidad después de un año de haberse graduado de bachiller. Aunque, vive un infierno en su casa por culpa de sus hermanas. Después de la propuesta de su novio Cristian de irse a vivir con él a su...