TRENTAQUATTRO.

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Entre la vida y la muerte solo existe un paso...


























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Cuando la vida te regala momentos de felicidad, debes aprovecharlos al máximo, ella te premia con instantes así para que cuando te lleguen momentos de gran dolor puedas sobrellevar lo perra que puede ser contigo. Ese pensamiento no es negativo, es solo una realidad a la cuál debemos apegarnos.




Cuando Jeon Jungkook y Kim Taehyung se casaron hace unos días pensaron que su mundo de felicidad sería eterno, que nada de la maldad que los rodea los alcanzaría, pero es todo lo opuesto, ellos por más que quisieran obviar la maldad a su alrededor, no pueden hacerlo, puesto que ellos son parte de ella.






Sangre, dolor, lágrimas y una vida llegaría a su fin solo por la ambición de un poder que no les corresponde.






Era media mañana cuando Jeon tuvo que salir de su hogar, Namjoon y Jin, los cuales habían unido fuerzas para trabajar juntos, se comunicaron con él para darle una información que tenía días esperando y debían reunirse lo más pronto posible, por ende su suegro y el, ahora socio de Jeon, se habían movilizado hasta suiza para hablar personalmente con él.




Había dejado su casa rodeada de escoltas y mercenarios, tanto de la Bratva como la  'Ndrangheta para su esposo e hija sin saber que la tragedia lo estaba acechando.




Un beso, una caricia y un te amo, fue su despedida en la habitación que ambos compartían. Jungkook partió rumbo al centro de la ciudad acompañado de Paolo, el viejo italiano en quien más confiaba Tae, y dos autos blindados con 5 escoltas cada uno.




La nieve había dejado de caer hace un par de días dando paso a un clima solo un poco más cálido gracias al sol de ahora media tarde, Jeon habia llamado a su esposo hace media hora para decirle que estaba en el restaurante ya reunido con Namjoon y Jin. Su pequeña Sun estaba tomando su siesta mientras que Fedora la acompañaba y él, aburrido de tanto trabajo salió de su estudio para dar un paseo por el gran jardín de su casa.





Bajo las escaleras, escalón por escalón viendo alrededor de la sala, un escalofrío recorrió su espalda al escuchar el eco de un tenebroso silencio, extrañado de esto, pues siempre había ruido tanto afuera como dentro de la casa, Tae, con el corazón latiendole más rápido de lo normal, fue hasta la puerta de su hogar para preguntarle a sus hombres si no habían notado nada fuera de lo común pero justo cuando iba a tomar el pomo de esta, el llanto de su hija irrumpió sus planes, así que sin pensarlo mucho volvió a subir las escaleras, solo que está vez de manera apresurada, sus latidos eran escuchados desde el lugar donde estaba su corazón y muy a pesar de la fresca tarde, Tae estaba sudando de pavor gracias a ese presentimiento que se implemento en el pecho del doncel.





- no.-
Susurro Tae al momento que abrió la puerta del cuarto de su hija, sus ojos color miel se nublaron por las lágrimas no derramadas por culpa de la escena que se presentó ante él.





Sun, su pequeño sol estaba sentadita en la cama de su habitación, llorando y gimoteando, con la cara roja de tanto hacerlo, pidiendo con sus bracitos estirados ser cargada por su Nana Fedora, misma que tenía una mejilla roja por la bofetada que le había dado el hombre que ahora tenía la punta de su arma en la parte superior de la cabeza de ella.





- hola Tae...-
Saludo Eunwoo con una sonrisa plantada en su rostro.
- Me costó mucho dar contigo y el maldito de Jeon.-





- Chá, por Dios, baja el arma, no ves que asustas a mi hija.-
Dijo Tae, tratando de mantenerse tranquilo pero como hacerlo cuando su hija estaba al lado de un hombre que trato de matar a su padre hace tiempo atrás y secuestro justamente a la mujer que estaba de rodillas frente a él.





Erede Mafioso. 💚KOOKV💜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora