Solo tú y yo. || Matías Recalt (PAUSADA TEMPORALMENTE)

04

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Matías y yo fuimos a sentarnos en unas bancas cercanas a la piscina que tiene Agus que es gigante, alrededor estaban la mayoría de amigos del dueño de casa que formaron parte de cast de "La Sociedad De La Nieve", alejados de la casa o por lo menos donde la música ya baja un poco su volumen. El viento está más fuerte que nunca, hace que me despeine un poco y caiga unos pequeños pelitos en boca con el gloss puesto, lo más incómodo definitivamente.

—Chicos, ella esta Alicia. La mejor amiga de Agustín.— Dice poniendo una mano en mi espalda baja, no pasando desapercibido por sus amigos ni mucho menos en mi.
Mientras me presenta a sus amigos él se sienta en una banca observando la situación.

—Es un gusto Alicia.— Dice un chico con rulos.— Soy Blas.— Aquel se para para acercarse a mi y dejar dos suaves besos en mis mejillas, yo correspondí haciendo lo mismo.

—Hola Alicia, soy Esteban. Un gusto conocerte.— Dice mientras repite los mismos pasos que Blas, y yo obviamente se los correspondo.

—Hola Alicia.— Dice un chico bastante alto con una bella melena.—Soy Enzo.— Saluda evocando una pequeña sonrisa mientras me da dos suaves besos en mis mejillas, apoyando una mano en mi cintura levemente.

Cuando termino de saludar a todos me siento al lado de Matías, ya que no había otro puesto habilitado en medio de el pequeño fogón que estaba ahí. Nos sentamos ya a una distancia prudente a pesar de que la banca no era muy grande tampoco. Los roces intencionales causaban un poco de tensión en Matías por lo visto.

—Cuéntame. Vos no sos Argentina, ni Uruguaya ni nada de eso ¿Cierto?.— Comienza el chico a mi lado.— No tenés acento solo pregunto por eso.

—Esta bien, no te preocupes. Exactamente, no soy ni Argentina ni Uruguaya, soy Chilena.

—Oh, entiendo. Que bonito que es el acento chileno, a mi me gusta bastante para ser sincero.

—Bue, pero Mati cómele toda la boca guacho.— Dice Agus llegando a interrumpir nuestra conversación, mientras se ríe a carcajadas. Con una botella de Vodka en su mano tambaleándose de una esquina a otra. Yo de inmediato me pongo de pie para tratar de contenerlo.

—¿Y Emilia?.— Le pregunto, en tanto, yo trato de buscar con la mirada a mi mejor amiga.

—Esta por ahí, besándose con un chabón cualquiera.— Dice con un poco de tristeza en su voz.— ¿Por qué nunca me elige Licy?.

—No lo sé Agus, buscate a alguien que te valore amigo, ya lo habíamos hablado. —Digo bufando sobre el tema ya conversado más de cien veces.

—Lo mismo digo para ti Alicia pero tampoco entendés mucho ¿No?.— Se vuelve a reír sin motivo alguno. Estaba que no lo ayudaba por mandarse ese comentario pero a fin de cuentas es mi amigo, no podría dejarlo solo. —Che Matí. ¿Te quedás a dormir cierto?

—Sí amigo, ven, hay que subirte a tu habitación.— Dice un poco enfadado por la situación, que es entendible, yo también estaría así pero ya me acostumbre con el paso de los años.

—Pará un poco amigo, me encantan las mujeres y las prefiero a ellas. ¿Sabes?.— Dice de una manera que él se torna en un modo serio para que de verdad entendiera. Se logra escuchar como uno de los chicos se ríe, pero trata de disimularlo para no cagarla.

—Calláte un rato pelotudo de mierda, vamos.— Decide parándose en frente de él.— Alicia, ¿Me ayudas?.

Seguido eso, nos adentramos a la casa con un brazo de cada lado de Agus tratando de hacerlo avanzar y subir las escaleras cada vez se hacia más dificil, ya que quería seguir abajo en la fiesta y también quería hablar con Emilia.

—Cuando bajen,— Trataba de hablar y juntar las palabras mientras lo hacia.— Díganle a Mily que me gustaría bastante hablar con ella de un tema súper serio. ¿Vale?.

—Agustín Pardella.— Comencé ya un poco enfurecida con él.— Tú, te acostarás en tu cama y te dormirás, y ahí te vas a quedar. ¿Me escuchaste?.

—Si señora.

Cuando por fin logramos acostar a Agustín, lo arropé y le quité sus zapatos. Mientras esperábamos a que se durmiera, Matías y yo estábamos sentados en los bordes de la cama, susurrábamos para no poder despertar al borracho.

—Te recomiendo no quedarte a dormir,— Comencé.— Mañana en la mañana será caótico. La casa siempre amanece terrible, vasos por todos lados, botellas rotas la mayoría de las veces, mucha ropa olvidada, en ciertos casos he llegado a encontrar condones tirados debajo de los sofás y entremedio de los arbustos. Es totalmente asqueroso.— Confieso y solo veo una mueca por parte de Matías mientras me presta mucha atención a todo lo que digo.— Y entonces si quieres ir a descansar sería mucho mejor. Yo siempre me quedo a dormir para despertarme temprano y ayudarlo un poco. Así que te digo nomás.—Él me responde en modo de susurro que no logro descifrar.— ¿Que? Disculpa la mayoría de las veces no escucho nada sorry.

Se me acerca más al oído, tanto, que puedo lograr escuchar su respiración de lo cerca que está. Siento como toda su cara esta a centímetros que de la mía, cerca de mi oído, esa tención que siempre estaba cuando me miraba fijo o cuando estaba demasiado cerca. No podía estar más tiesa que un árbol en ese momento.

—¿No querés que me quede a dormir acaso? ¿Eso es lo que estás insinuando Alicia?. Que feo.— Dice en tono de broma mientras chasqueó su lengua dos veces en forma de negación muy bajito, yo solo me dedique a bufar y desviar mis ojos hacia otro lado.— No muerdo yo, che.

— Nono no estoy insinuando eso,— Digo rápidamente con un pequeño tono de nerviosismo y una leve risita que salió por ahí, al notar mis nervios decido mirar al borracho, y como ya estaba totalmente dormido, decido pararme en dirección a la puerta e irme.—Nos vemos abajo Matias.— Dejándolo con las palabras en la boca, cierro despacio la puerta y me largo de esa habitación.

No puedo ser más boluda porque el día no dura más.

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