Solo tú y yo. || Matías Recalt (PAUSADA TEMPORALMENTE)

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Podia sentir como Matías estaba a mi lado, sentado. Estábamos en un silencio que nos acogía increíblemente. Los dos apoyando nuestro respaldo en el suave sillón.

A mi todavía me costaba respirar, seguía sollozando a pesar de que ya habían pasado unos buenos minutos después de lo que, no creí que pudiera hacerlo mi mejor amiga. Eso es lo que más me dolió a pesar de todo.

Pero ya, es suficiente. No debo seguir así. Me imagino lo incomodo que se sentirá Matías a mi lado.

Mis pensamientos son interrumpidos cuando el antes nombrado me gira la cara tomándome por el mentón con una de sus manos, y, con la otra me limpiaba un par de gotas resbaladizas que se caían, pasando su otra, mano por mi mandíbula y limpiándolas con el pulgar. Debo admitir que sentí como me relajaba ante su tacto. Si yo no estuviera llorando seguramente hubiera reaccionado de otra manera, pero simplemente me deje llevar.

Formule una leve sonrisa ladeada al abrir los ojos, encontrándome con la cara de él un tanto triste pero intentaba reconfortarme. No pude evitar sentir como se me revoloteaba todo en mi estomago, no sabría decir que es exactamente.

—Vení.— Dice Matías estirando sus brazos.

Decidí que lo único que quería ahora mismo era un abrazo, y que mejor que fuera por parte de él. Con una mejor cara que antes le acepte el abrazo. Sentí como este al ver que estábamos de igual manera distanciados, me empuja hacia él, atrayéndome a su cuerpo. Lograba apreciar como subía y bajaba su mano en mi espalda, haciéndome mimos en esta.

—Gracias.—Suelto acurrucada en su cuello. —De verdad Mati. —Me separo para mirarlo.

—No hay de que morocha, no es bonito verte así. Y menos por unos gile'. —Hace una montañita con una de sus manos. Yo me rio ante su comentario. Lo vuelvo a mirar, a mirar esos ojos cafés que últimamente se habían vuelto adictivos. Y también pude lograr darme cuenta como él quedaba igual de embobado al mirarme. —Podría estar así todo el día, y sobretodo si es con vos Alicia.

☼

Después de una larga y extensa llamada con Agus, sentía como necesitaba a mi amigo, las bromas que solíamos hacer entre nosotros, cuando me despertaba con una almohada en la cara. Extrañaba eso.

Sentí como si estuviera hablando con una señora anciana que leía el tarot. Agus me decía: "Yo te dije que andaba rara esa hija de re mil puta, pero como ya no me tomás en cuenta..."

Cuando terminé la llamada decidí ordenar el desastre que tenía en mi habitación. Levantándome a duras penas de esta. Mientras iba de lado a lado ordenando la cama, logre visualizar una bolsita en mi velador. Mas menos de un tamaño mediano.

Confundida lo abro, y me encuentro una nota que decia:

Para mi bella y hermosa Licy
Relajáte que sé que vos lo necesitás
Ojo con comer mucho eh
Y menos sola boluda, vos sabés jaja
Te re contra re mil amp. <3

Después de leer la pequeña carta no pude evitar sentir como mi pecho9 se estrujaba un poquito, pero decidí dejar mis sentimientos de lado por un momento, y seguir viendo que había.

Saque un mini paquete transparente que estaba adentro, se notaba que habían unos brownies que eran cafés. Sabia exactamente de que se trataban estos, y por la nota que le dejó Emilia, le quedó aún más claro.

Metí en donde estaban estos en la misma bolsa. Bajé hacia la cocina con cautela, no desearía toparme con Matías y que me preguntara que tenía en las manos, conociendo lo chusma que es, era capaz de preguntármelo.

Lo escondí, o según yo si, detrás de unas ollas que estaban por ahí. En un lugar que claramente ni cagando Matías se metería, ya que últimamente se a pedido pura comida rápida.

Flojo.

Yo llegue a un punto que ya estaba comiendo demasiada comida chatarra, y pensé que ya era demasiado pero en realidad estaba siendo demasiado repetitivo, así que empecé a cocinar para los dos. Y de vez en cuando él me ayudaba con ciertas cosas, ya que después decía que se sentía culpable de no ayudarme.

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Mil disculpas si hay palabras mal escritas.

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