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A la mañana siguiente podía jurar que mi cabeza estaba en perfectas condiciones, sin ningún dolor. Yo sabia que no estaba tan cura'.

Juré escuchar unos pasos abajo en la cocina, me armé de valor y abrí la puerta pensando que era Matías, pero la puerta de su habitación estaba cerrada, cuando estaba cerrada significaba que seguía durmiendo por lo que noté estos días.

Sin pensarlo dos veces, tomo en bat de beisbol de metal que había detrás de mi puerta y bajé mierda, y que tanta huea'.

A decir verdad estaba cagada de miedo pero no quise molestar a Matías, seguramente ya lo molesté bastante anoche para molestarlo ahora en la mañana.

Cuando escuche risas me calmé de inmediato, logré asomarme para poder visualizar a Juani, Enzo, Blas y a Pipe en la cocina. Sino me equivoco así se llamaban los dos últimos o por o menos así les decían, supongo. Y a su esquina raramente estaba Matías, mi suposición anterior fue como el culo al parecer.

Al momento en que ellos me ven, sus risas paran.

—¡Buenos días Alicia!. —Me saluda primero Juani y después los demás, desde lejos.

Yo me quería matar, más desquiciada no me podía ver.

Aparte tenía mi pelo desordenado y tenia una cara de pocos amigos.

—Buenos días chicos.—Digo como puedo por la vergüenza que abunda en mi.

—Che Alicia, —Se acerca Matías dejando a los chicos atrás, ellos estando en lo suyo.— Vamos a salir a correr, ¿Querés ir o no te sientes bien después de anoche?.— Dice con una sonrisa ladeada.

—Sobre eso, te pido disculpas por algún desastre que haya hecho.— Trato de excusarme por lo de anoche, este día no podía empezar más vergonzoso.

—Na, tranqui'. Estamos bien... ¿No?. —Dice lentamente las ultimas palabras.

—Ah, si claro todo bien, obvio. —Sueno un poco perdida al contestar. En mi mente me maldigo por sonar tan estúpida. Nos quedamos mirando un momento incomodos al no saber que hacer.

—Eh entonces, ¿Vas?.

—Gracias pero no gracias, no sirvo para correr. —Digo soltando una leve risa.

—Bue Matías, ¿Que tanto va' a hablar boludo?, se nos hace tarde, pollera. —Suelta Blas haciendo reír a los chicos que estaban a su lado.

—Ya voy gil', cerrá el orto.— Se gira para mirarlo a él y después vuelve a mirarme. —Nos vemos Alicia, —Se despide de beso. —Bañáte sucia.

—Quedate callao' feo. —Esa no me la creo ni yo.











Cuando termino de ducharme puedo sentir unos golpes en la puerta, me visto rápidamente mientras mi pelo suelta pequeñas gotitas de agua que todavía quedaban, que claramente no estaban secas. Veo como Mimi rasguña la puerta mientras se estira, cada día se vuelve más loca esta gata.

Sintiendo mis pies en el helado piso de madera camino en dirección a la puerta de entrada. Quito a Mimi del lugar, que me impedía abrir la puerta y cuando la abro, me llevo una sorpresa.

—¡BOLUDA!.— Suelta Emilia del otro lado, afuera del departamento, de inmediato voy hacia ella, para envolverla en un abrazo gigante, ella me devuelve este abrazo con mucha más fuerza.

—¡HUEONA'! Te extrañe caleta. —Digo separándome del abrazo. Me hago a un lado para que ella pueda pasar, cuando se adentra al departamento, puedo observar que trae una mochila apegada a su espalda, que se veía bastante llena.

—Yo más Licy, no sabé' cuanto. —Dice mirando a todos lados, se veía un poco nerviosa.

—¿Que pasa Mily?, ¿Estas bien?. —Pregunto tomándola por los hombros para que me mirara.

—Si boluda, todo bien flaca.— Termina para sacar mis manos de sus hombros.

—Que bacán' tenerte acá amiga, que perdida que andabas. —Digo sentándome a su lado en el sillón.

—Y si, ya sabes como es la cosa por allá. —Dice con un poco de pena en su voz. Yo solo le tiro una mirada reconfortante hacia ella.

—Sisi, yo entiendo Mily, no te preocupes.— Suelto rápido para no hacerla sentir incomoda.

—Y —Empieza alargando esta letra. —Te quería pedir un favor nena.— Dice más bajo mostrando un poco de vergüenza. —Solo si podés nada más.— Me pareció raro viniendo por parte de ella.

—Dime, dime.

—Por casualidades de la vida, ¿Hay una posibilidad de que hoy pueda dormir acá?.

Yo me quede en blanco, si es por ella hago todo lo posible para que se sienta bien y no la pase mal, de eso se supone que se basa nuestra amistad. Pero el hecho de que me haya preguntado eso, me hizo recordar de que este no era mi departamento, era una de las habitaciones de los actores de la nueva película que se va a estrenar.

Yo creo que no habría problema, ¿Cierto?. Un día no era mucho, si se iba antes de que vuelva a grabar estaría perfecto, no se si podría dejarla sola acá en el depto, tampoco sabía si me regañarían por meten a una amiga sin preguntar, pero tomaría el riesgo por un solo día.

—Oh.. esta bien, supongo.— Digo un poco dudosa ante su pregunta.

—¿Segura?, por que sino me voy nomás. —Termina diciendo eso para parase.

—Naa, tranquila, si es un día nomás. —Aclaro disimuladamente, para que no se pase de lista, por si acaso.

—Claro. —Me da la razón asintiendo con la cabeza.

En ese momento siento en la puerta de entrada como unas llaves suenan, dándome una señal de que probablemente Matías ya haya llegado.








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Dos capítulos en un diaaaa.

Tratando de hacer lo posible para que les guste <3

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Solo tú y yo. || Matías Recalt (PAUSADA TEMPORALMENTE)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora