10.

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– Papá, ¿que es terapia?

Liam interrumpió el dibujo que estaba haciendo, mientras Carlos y Sergio se asomaron por la puerta de la cocina. Los tres dirigieron su mirada a Pato, que estaba hablando por teléfono. Probablemente sintió que las miradas eran muy invasivas, por que les dio la espalda y siguió escuchando lo que sea que Esteban le estuviera respondiendo por teléfono.

Liam volvió a su dibujo y Carlos y Sergio volvieron a la cocina, donde Sergio estaba cocinando y Carlos lo ayudaba pasándole los ingredientes que necesitaba.

– Quizá debería moderar lo que Pato le cuenta a Esteban – comentó.

– No creo que sea tan malo. Tal vez Esteban no le presta atención y si lo hace, no creo que tenga suficiente contexto para entender lo que le están contando.

Sergio suspiró.

– Aún así, no quiero que Liam se sienta incómodo de que alguien esté contando sus cosas, o que se lo diga a Max.

Después del incidente entre Max y Liam, ambos estaban acudiendo a terapia. Juntos y por separado. Liam fue quien le presentó a Pato la palabra terapia y lo describió como "un señor habla conmigo, me pregunta cosas y me pone a dibujar". Sin embargo, Liam también había indicado que su papá le había dicho que no podía hablar acerca de lo que hacía cuando iba junto a Max.

Al parecer eso había encendido la curiosidad del niño y había decidido acudir al único adulto que normalmente no le negaba nada. Aunque tampoco es que le diera mucho.

Sergio revolvió el contenido de una olla y Carlos comentó:

– ¿Pato habla tanto tiempo con Esteban?

– Normalmente si. Si es un día entre semana puede hablar hasta dls horas. Si es fin de semana... una vez Pato habló durante cinco horas con el. No es tan malo, excepto que es incapaz de hacer otra cosa.

– Ya me di cuenta.

Carlos había pasado a visitar a Pato, sin embargo no había recibido ni la más mínima atención de su ahijado. En cambio había recibido la amable y educada atención de Liam. Hablaron durante carros durante un rato, hasta que Carlos había decidido ir con Sergio.

– ¿Cuanto tiempo cuidas a tu hijastro?

Sergio se volteó y golpeó a Carlos en la cabeza con la cuchara.

– Cállate

Carlos se rió mientras se tocaba el sitio del golpe. Sergio movió la cabeza y respondió:

– No siempre lo estoy cuidando. Algunas veces su tía lo recoge de la escuela. Yo solo me encargo cuando ella no puede. Y solo es un par de horas.

Probablemente Sergio no se lo diría a Carlos, pero últimamente a Liam no le entusiasmaba mucho ser cuidado por su tía. Siempre prefería ir a casa de Sergio y jugar con Pato hasta que su padre pasara a recogerlo. A Sergio no le molestaba eso. Liam era alguien muy tranquilo para cuidar y tenía que reconocer que a él le entusiasmaba cuidarlo por que al final del día, podía ver a Max. Sergio se sintió automáticamente tonto al pensar en eso.

– Liam me cae bien – comentó Carlos

– A mi también. Y a Pato. Tiene cinco años pero nunca había visto que se llevara tan bien con otro niño.

– Eso es bueno. Así cuando sean hermanitos no se sentirán tan incómodos.

Sergio lo miró hastiado y Carlos soltó una carcajada.

– Solo es una broma, Checo. ¿Por que estas tan sensible?

Sergio no respondió. Aún no había podido contarle a Carlos lo que había pasado con Max. Sentía una ligera sensación de vergüenza, sobre todo por que Max no había vuelto a mencionar la situación. Quizá debería dejar que la situación muriera en secreto, pero el hecho es que necesitaba la opinión de Carlos, que aunque a veces parecía que no se tomaba las cosas en serio, era muy honesto.

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