30. (Extra 1)

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– Estuve pensando y después de considerarlo detenidamente, he decidido que tú te encargues de este cliente.

George miró a Toto Wolff con curiosidad. Toto tenía miles de contactos y siempre solía traer casos especiales. George siempre había creído que Valtteri era su abogado favorito, por lo que el hecho de que lo haya considerado a él para uno de esos casos, era bastante importante.

– Te agradezco la confianza, Toto. ¿De que se trata?

– Bueno, un colega mío, Peter Bonnington, va a mudarse, asi que dejara de trabajar con su cliente más importante, por lo que me pidió que me encargara de conseguirle un nuevo abogado. Uno de mi entera confianza.

– ¿Crees que pueda encargarme de ello?

– Si. Confío en que si. Además, tú y este cliente parecen... algo compatibles.

– ¿A que te refieres?

– Bueno... pareces un poco más... estético que el resto de los abogados aquí.

– ¿Estético?

– Si, bueno... este cliente es un modelo y creo que también es diseñador y tú... te vistes bien.

George estaba a medio camino entre ofendido y desconcertado. Todo su trabajo, su mención honorífica en la universidad y ahora... ¿lo eligió solo por que usaba trajes caros? Trajes que aún estaba pagando, si cabía la aclaración.

– Bueno, gracias. Supongo. ¿Quien es ese cliente?

– Se llama Lewis Hamilton. ¿Te suena su nombre?

– Creo que si. Justo acaba de divorciarse, ¿no?

– Si, Bono lo mencionó. Él y Nico Rosberg, el piloto de Fórmula 1, se divorciaron hace algunos meses después de un año de matrimonio y de procrear un hijo. Actualmente tiene custodia compartida con Rosberg y todos los detalles del divorcio están en orden. Hamilton solo requiere tu apoyo para cuestiones de contratos y algunos otros temas.

– Está bien. Yo me encargo.

Toto le pasó a George un block de notas.

– Hamilton estará en la ciudad pasado mañana. Bono ha pedido que concertemos una cena para que tú y él se conozcan y puedan discutir algunos asuntos. Te citaron en este restaurante a las ocho de la noche. ¿Estás disponible?

George estaba en una época de su vida donde recién se había ido a vivir solo y no le apetecía salir a ninguna parte, por lo que tenía todas las noches libres. Finalmente, asintió.

– Claro. Estaré allí pasado mañana.



George salió de la habitación listo para ir a trabajar. Ya se le hacia un poco tarde pero aún así decidió pasar a despedirse de Logan, que probablemente seguía durmiendo.

Le sorprendió que la cama estuviera vacía, así que se dirigió al cuarto donde Lewis había instalado un pequeño gimnasio. Escucho una voz pero nada de Lewis y Logan. Abrió la puerta y no pudo evitar sonreír.

Lewis estaba haciendo yoga, alguna especie de yoga especial para el embarazo por que los movimientos eran más lentos, además su barriga de seis meses no iba a permitirle hacer más. Lo gracioso era que Logan estaba con él, siguiendo torpemente sus movimientos.

Se apoyó un momento en la puerta para observarlos. Podría no ser notorio para el resto del mundo, pero Logan era bastante apegado a Lewis. Le gustaba pasar casi cada segundo del día con él, sobre todo ahora que ya estaba de vacaciones de la escuela y que Lewis ya no podía viajar tanto por su estado.

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