13.

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Max y Sergio decidieron llevar a los niños a la zona de videojuegos. Aunque normalmente la veían como un lugar solo para ellos, Pato y Liam estaban bastante felices. Aún eran muy pequeños para usar el simulador de carreras pero aún así disfrutaron mucho los otros juegos.

Después de eso, los llevaron a comer. Ambos los observaron mientras comian. Pato mordía una hamburguesa con entusiasmo, mientras Liam comía un poco más lento. Al menos ya no comía solo papas con catsup, pensó Max.

Sergio se retorcía las manos con nerviosismo. Max extendió la mano para cubrirlas con la suya. Liam observó esta pequeña acción, pero apenas interrumpió su comida. Pato no lo notó.

– Liam, Pato – los llamó Max una vez que terminaron de comer – Sergio y yo queremos hablar con ustedes.

– ¿Van a castigarnos? – preguntó Pato

– ¡No! No, Pato. No es nada de eso. – Sergio miró los ojos castaños de su hijo, que tenían una mirada de ligera desconfianza – Simplemente, Max y yo... tenemos algunas noticias para ustedes.

Sergio y Max se miraron el uno al otro. En realidad no se habían puesto de acuerdo sobre quién iba a hablar, por lo que ninguno de los dos se animaba a empezar.

Pato frunció el ceño ¿Por que su papá y el papá de Liam estaban tan raros?

Liam esperaba pacientemente. Había visto a su padre tocar las manos del maestro Checo. Era bueno observando cosas y había visto eso antes. En su mente infantil ya tenía una idea de lo que venía. Y eso le hizo sentir algo de emoción, aunque no cambió su expresión.

– Bueno – empezó Max – Desde que nos conocimos, Checo y yo nos hemos llevado muy bien. Nos volvimos buenos amigos.

– ¿Cómo nosotros? – preguntó Pato señalando a Liam y a sí mismo.

– Si, bueno, algo así – intervino Sergio – Pero en estas últimas semanas, Max y yo... nos hemos... estado llevando mucho mejor. Pato, cuando te dejaba con Carola por que tenia que salir. Bueno, quiero decir... en ese momento no te dije a donde iba pero...

Sergio vio a los niños. Pato tenía una adorable carita de completo desconcierto, como si le hubiera crecido otra cabeza. Liam estaba serio, pero tenía una ceja ligeramente alzada. Sergio conocía esa expresión. Liam estaba analizando sus palabras.

– Checo y yo estuvimos saliendo juntos en este tiempo – dijo Max –. Todo hay ido muy bien entre nosotros así que creemos que deberíamos decirles que...

– ¿Tu y mi papá son novios? – preguntó Liam.

Aunque el último que habló fue Max, la atención de Liam estaba fija en Sergio. No parecía estarlo juzgando, pero estaba serio. Sergio tenía demasiada experiencia con niños, pero esta expresión de "pequeño adulto" lo ponía nervioso.

Sergio dirigió la mirada hacia su propio hijo. Pato ya no parecía desconcertado, probablemente la pregunta de Liam lo había ayudado, pero había algo raro en su expresión.

Sergio suspiró y respondió:

– Si.

La mesa quedó en silencio. Liam tomó su vaso de refresco y bebió del popote con calma. Lo dejó en la mesa de nuevo y simplemente dijo:

– Bueno.

Max sonrió a su hijo. Sin embargo, su sonrisa no duró mucho. Pato por fin habló:

– No entiendo.

– ¿Que es lo que no entiendes, Pato? – preguntó Sergio con calma

– Si tu y el papá de Liam son novios, ¿entonces él será mi nuevo papá?

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