Los globos de vidrio de gas que bordeaban la calle eran tan hermosos como Hannibal le había insinuado.
Su luz emitía un fulgor etéreo sobre el mundo que le rodeaba mientras el carruaje pasaba por delante de su camino hacia el salón de baile afectuosamente llamado Coliseo.
Había un aire festivo en la noche, con las calles ya ocupadas con carruajes, con personas a caballo y con juerguistas en el camino. Con nada más para entretenerlos, los que quedaban para morar en la capital estaban más que deseosos de pasar la noche en intriga en el baile de caridad. Incluso aquellos que no podían asistir estaban atrapados en la atmósfera, señalando los hermosos trajes y disfrutando del espectáculo.
Will no pudo resistir el impulso de mirar fijamente mientras se acercaban, con la imagen de los disfraces brillantes y elaborados en las brumosas calles iluminadas por las lámparas grabadas en su memoria. Las aceras crecían densamente con la gente, los que no podían venir en carruaje tomaban un paseo agradable para gozar de la anticipación.
Will escuchó un clamor de pezuñas y gritos de risas y se inclinó para mirar por la ventana opuesta, justo cuando una fantasía extravagante de un pirata pasaba por delante con una camarera igualmente reimaginada en su regazo.
El corazón de Will se aceleró y volvió a tocar su máscara, sintiéndose seguro de que estaba firmemente en su lugar. Los lazos, cuidadosamente anudados por Jimmy, estaban retorcidos para desafiar los tirones y enterrados bajo sus largos rizos. La tranquilizadora seguridad de ello lo calmó y tomó una respiración profunda, tratando inútilmente de calmar sus nervios.
El carruaje se desaceleró casi hasta detenerse.
La música llegó hasta Will a pesar de las ventanas cerradas del carruaje. Estaba débil bajo el sonido de la risa, con el ruido de la gente disfrutando ya en esa hora temprana.
Will tragó saliva, emocionado y casi lamentando haber dejado a Hannibal detrás de él.
"Busqueme por un beso si puede"
Su propia audacia lo conmocionó, pero aquella era una noche para las decisiones precipitadas sin tener en cuenta las consecuencias.
Era una noche de alegría y baile.
Los remordimientos podían llegar mañana, con todo el sabor amargo de la familiaridad, pero esa noche era Will y tenía la intención de vivir una vida dentro suyo. Con un futuro tan incierto y semejante decisión ante él, esa podría ser su primera y última oportunidad para rechazar la inhibición y simplemente disfrutar de sí mismo.
El carruaje se detuvo y se movió cuando los sirvientes aparecieron.
Había una multitud de gente esperando en la entrada, la mayoría de los cuales se habían girado cuando aparecieron para ver qué nueva persona de importancia había llegado, habiendo siempre tan pocos en un evento de caridad. Los carruajes ducales no eran precisamente anónimos y Will vio que una ráfaga de fanáticos aparecía y susurraban conjeturas que pasaban de labios a oídos.
La gente se esforzaba por tener una visión de quién estaba adentro y Will tuvo un momento de pánico que casi le obligó a abandonar su plan y huir. Pero estaba hecho de cosas más duras que eso.
Ellos no lo conocían, ninguno de ellos.
Estaba enmascarado y siendo anónimo, un alguien misterioso a quien se le concedió el honor de montar el carruaje del Duque de Westvale, y podrían preguntar todo lo que quisieran de él.
Uno de los sirvientes abrió la puerta y tendió una mano enguantada. El otro despejó un camino a través de las personas, mientras que los estaban reunidos para ver sus trajes y disfrutar de la vista que no podían permitirse ser parte empujando para ver el espectáculo.
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Overcoming
RomanceHannibal Lecter es el futuro Duque de Westvale y ha estado en la guerra durante los últimos diez años. Su abuelo ha hecho un contrato poco después de su nacimiento para conseguirle una esposa. Está es una traducción de Orphan_account y una obra orig...