Capítulo 40

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Había lágrimas en los ojos de Roland cuando tomó la mano de Will, extendiendo la otra hacia Hannibal.

Sus largos dedos temblaron, un temblor que había aumentado desde la última vez que Hannibal lo había visto.

"¿Se ha estado sintiendo mal, abuelo?"

"No, no, no, es solo la emoción de verlos a ambos sanos y salvos" insistió Roland, apretando la mano de Hannibal y besando la de Will mientras Mina observaba. "No soy tan resistente como una vez lo fui"

"Bueno, emoción o no, echaré un vistazo a sus medicamentos" dijo Hannibal, preocupado por ver a su abuelo tan decaído.

Roland parecía haber envejecido años en su breve ausencia, su agarre era más débil y su resistencia parecía disminuir mucho más.

"Eso estaría bien, Hannibal" dijo Roland, encantado con cualquier sugerencia que pudieran hacerle. "¡Oh! ¡Y este debe ser Winston! Hannibal me ha escrito sobre ti. Espero que siempre podamos contar contigo para que mantengas fuera de problemas a William, ¿eh?"

"No en mi mejor momento" admitió Will, apretando la mano del abuelo y soltando una risa avergonzada. "Pero él ha sido agregado maravillosamente a la familia"

"Bueno, precisamente no era la adición que tenía en mi corazón" dijo Roland, llevando la mano de Will a sus labios otra vez, esa vez con un roce subrepticio de su nariz contra su muñeca. El sutil cambio en su aroma le sacó una sonrisa complacida a sus labios y agregó. "Pero será pronto, quizás"

"Ya es suficiente, vieja cabra" regañó Hannibal, divertido.

"Hannibal, querido" exclamó Mina, educadamente consternada por Hannibal. "¡Cielos, ese lenguaje! Estoy muy feliz de verlo en casa, así que no voy a regañarlo, ¡pero no debe hablar así delante de Su Gracia!"

"Está bastante bien, querida" exclamó Roland, dándole una sonrisa expansiva. "¡Estoy acostumbrado a los modales de mi nieto!"

"Debería estarlo, como siempre" dijo Hannibal, liberando la mano de su abuelo para darle a Mina una sonrisa. "¿Confío en que lo ha estado cuidando muy bien?"

Hannibal estiró su mano hacia Mina con expectación, sus pestañas revoloteaban sobre sus ojos hacia arriba. Solo lo notó cuando Will aclaró su garganta, y sus cejas comenzaron a fruncirse.

"Se ve absolutamente encantadora, Lady Rathmore" dijo Hannibal, besando su mano con toda la educación requerida y soltándola. "Veo que el tiempo en el país está con usted"

"No menos que el tiempo en la capital esté de acuerdo con mi hermano" dijo Mina, con sus ojos azules evaluadores buscando a Will, quien se sonrojó brillantemente cuando agregó. "¡Últimamente las noticias han sido muy entretenidas!"

"Oh, a Hannibal no le importa ese tipo de cosas" dijo Will, con una sonrisa irónica.

"Tampoco debería hacerlo" dijo Roland, y se volteó hacia Mina. "¿Me dejarías tener un momento en privado con mis hijos, cariño?"

La frente de Mina se arrugó en un ceño tan similar al de Will que le dio a Hannibal la piel de gallina. Sin embargo, antes de que pudiera encontrar una manera adecuada de protestar por su salida, su hermano saltó al rescate.

"Me encantaría tener una charla tranquila contigo, Mina. Le he pedido a la Sra. Henderson que lleve té a la sala de estar. ¿Quizás podrías esperarme allí?"

"¡Oh, sí, cariño, por supuesto!" exclamó Mina, con su espíritu rebotando al instante. "¡Tengo algo que te encantará! ¡Un té muy dulce! Veré que esté preparado. ¡Dios sabe que la Sra. Henderson tiene las manos ocupadas en este momento!"

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