Will atrajo a Hannibal a su cama en silencio, cómo una sombra decididamente resuelta iluminada por la única lámpara en la cabecera que había dejado ardiendo.
Hannibal se detuvo cuando Will lo dejó ir, viéndolo moverse para acomodar las mantas. Siempre lo hacía sin tanto esfuerzo, cómo una obra maestra de simetría, gracia y bondad.
No había ningún arte en el mundo que pudiera compararse con Will a los ojos de Hannibal, ninguna fortuna que pudiera llegarle a un hombre que sería más grande que la mirada fija de sus ojos azules debajo de las pestañas negras y gruesas y la pequeña sonrisa que aparecía en su boca llena.
Y el corazón que había sufrido tantas penurias, pero que aún tenía la valentía de tratar de intentarlo nuevamente a pesar de los golpes que había recibido; que era un regalo precioso que Hannibal no estaba a punto de despilfarrar.
Will apagó la lámpara y se deslizó en la cama, escuchando a Hannibal desprenderse de los pantalones que aún llevaba puesto y de las suaves pisadas de sus pies descalzos sobre la alfombra cuando se acercó a la cama.
Cerró los ojos cuando el colchón se hundió, con cada sentimiento clavado por la presencia de su marido, con su cálido aroma terroso y su calor, con el débil deslizamiento de las mantas sobre su piel mientras se deslizaba en la cama al lado de Will. Sin embargo, fue el primer toque que hizo saltar el corazón en su pecho.
Los dedos largos y sensibles de Hannibal encontraron su cuerpo bajo las mantas, trazando la curva de su cadera a través de su camisón de dormir. El pincel de su toque pulsó a través del cuerpo de Will y se notó en su entrepierna, pesada e inmediata.
Sus pasiones se habían quedado dormidas durante tanto tiempo que Will había dudado de que alguna vez pudieran despertarse cuando lo hicieron una vez más mientras la mano de Hannibal se deslizó por su vientre, su brazo fuerte se encorvo a su lado, y su cuerpo musculoso se apoyó en su espalda.
El aire era denso por el olor Alfa de Hannibal, pesado con el sabor almizclado del deseo.
Will lo inhaló hasta los pulmones lo más que pudo, con otro escalofrío de excitación que le atravesó cuando su redonda parte trasera estuvo ajustada y firmemente metida en la copa de la ingle de Hannibal.
Hannibal acarició sus rizos y lo apretó, rodeándolo con la ronroneante satisfacción como un gran y elegante gato.
Will deslizó su mano hacia atrás, acariciando la palma de su mano sobre la cadera de Hannibal, con la flexión y el cambio de músculo bajo su toque sintiendo el efecto que tenía sobre su marido.
Will se preguntó si eso ocurriría en cualquier parte en que tocara a Hannibal, pero apartó el pensamiento para simplemente tirar de él, instándole a acercarse, deseando la reconfortante presión de estar completamente envuelto en su fuerza.
Hannibal cerró los ojos e inhaló el olor de Will, reconociendo por instinto el borde ahumado que tenía. Se movió y agachó la cabeza, probando el suave lugar detrás de su perfecta oreja, por la curva de su mandíbula hasta su garganta, con su cuello tan grácil y perfecto que dejaría a los cisnes sintiendo vergüenza.
No quería seguir el camino con besos, pero de alguna manera se encontró haciéndolo, besando cada lugar que olía a medida que lo hacía.
Will inclinó la cabeza hacia arriba, volteandose en los brazos de Hannibal para rodar sobre su espalda, con un sonido suavemente de alegría escapando de él cuando rodó contra suyo, medio-pisándole en su ansiosa exploración.
Podía sentir la erección emocionante y pesada de su marido entre sus muslos, despertada con aprecio, pero no hubo expectativa en él, sino una respuesta honesta y natural tan grande como la de Will.
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Overcoming
RomanceHannibal Lecter es el futuro Duque de Westvale y ha estado en la guerra durante los últimos diez años. Su abuelo ha hecho un contrato poco después de su nacimiento para conseguirle una esposa. Está es una traducción de Orphan_account y una obra orig...