Capítulo 56

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"Apúrate"

La puerta de la habitación de Will estaba cerrada con llave y Hannibal no tuvo la paciencia de esperar a que Henderson buscará las llaves.

Bajo las miradas asustadas del personal de Hartford que estaba apareciendo, Hannibal se echó hacia atrás y golpeó la puerta con el pie, gritando.

"¡Will! ¡Respóndeme! ¡William!"

Hannibal podía olerlo: miedo y febril dulzura, furia, determinación y vulnerabilidad que casi rompieron la última contención de sus instintos Alfa.

"¿Hannibal?"

Sonaba débil y amortiguado, y solo lo hizo sentir aún más frenético cuando lo escuchó, pero Hannibal respondió de todos modos.

"¡William!"

La cerradura hizo clic y Hannibal abrió la puerta, echando a andar en la oscuridad, ahogándose con el olor a azufre rancio de Francis Dolarhyde.

Las chicas de Tier y Winston gruñeron detrás de Hannibal, dudando entrar, pero estaban agitadas por el olor de angustia que saturaba en la habitación.

"¡Will!" gritó Hannibal, mirando a su alrededor buscando su aroma, con su corazón martillando. "Will..."

La puerta se cerró de golpe detrás de Hannibal y la cerradura volvió a hacer clic, dejando a los perros y al personal en el pasillo.

Hannibal se volteó hacia atrás, gruñendo en advertencia, pero su estómago se hundió en una gota enfermiza cuando una figura sombría en la habitación de su esposo se movió para encender una lámpara.

Por un momento fugaz, Hannibal vio a Will ahí antes que él, pero en una fracción de segundo de reconocimiento rápidamente tragado por la comprensión de que era Mina y no su compañero quien lo enfrentaba.

Detrás del cabello que Mina se había cortado parecido a sus rizos despeinados lucía una herida roja y sangrienta en su rostro que inmediatamente atribuyó a su esposo, su corazón se hinchó de orgullo al ver que Will se había defendido, justo como lo esperaba.

Pero lo que fuera que Mina había hecho para provocar a Will para que la atacara lo llenó con un terror profundo y horrible de lo que había sucedido, considerando cuánto quería a su gemela.

"¿Dónde está mi esposo?" eso salió en un rugido salvaje, gutural con un zumbido Alfa debajo, con los finos pelos de su nuca aguantando la tensión.

Mina ignoró la pregunta y se movió para sentarse plácidamente en la cama de Will, pareciendo bastante complacida consigo misma. Su extraña semejanza con su gemelo desapareció a pesar de que lo miraba con sus ojos azules y sonreía con la boca llena.

Le faltaba todo lo que convertía a Will en la persona que era, y lo que se sentaba ante Hannibal era una caricatura de la persona que amaba, una superficie de semejanza que carecía de todo corazón, con la suma de todas las odiosas faltas que había esperado de su gemelo Omega.

"¡Salga de esa cama en este instante!" espetó Hannibal, captando el aroma fértil y pesado de su pareja ahí bajó el olor de Francis Dolarhyde, manchado de fiebre y miedo, azotandolo en un frenesí de furia protectora. "Lo juro por todos los dioses, mujer, si lo ha lastimado..."

"¿Te has vuelto loco?" preguntó Mina, con la inocencia en sus ojos redondos fuera de lugar en su rostro antinaturalmente tranquilo. Era escalofriante escuchar una aproximación tan cercana a la voz de Will saliendo de su boca, testimonio del tiempo y esfuerzo que había puesto para hacerse pasar por su hermano. "¿Solo un día de ausencia te hizo olvidarme por completo, Hannibal? ¡Soy yo! Soy William, tu esposo"

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