Hubo un millón de razones para disuadir a Hannibal y Will de llevar ese beso más lejos, comenzando por la falta de cerraduras en la puerta del baño, la proximidad a su invitado inesperado o la manera inútil en que el baño parecía amplificar cada pequeño ruido.
Pero a pesar de todo eso, a pesar de todo lo que había sucedido, el beso que compartían se profundiza a cada segundo. Fue una catarsis de tensión reprimida y agotamiento.
Era Hannibal escupiendo de nuevo a la cara de los dioses, resistiéndose a sus intentos de asustarlo con la devastación. Había estado tan cerca de perder a Will, tan cerca. Sin embargo, él estaba tibio y muy vivo en su regazo, y estaba vivo para maravillarse con él, y todo lo demás podía arder en un crispante en el calor de su deseo de amar a su pequeño compañero.
"¿Qué está haciendo, Lord Clarges?" susurró Will, rompiendo el beso.
Las manos de Hannibal se deslizaron desde sus caderas hasta su trasero perforando la neblina sensual que lo vencía. Lo ahuecó, apretando, tirando de Will más cerca de él.
"Apreciando a mi compañero" suspiró Hannibal entre los besos mordisqueados de Will.
Sus otros encuentros habían sido estudiados, prudentes, exploratorios y reveladores para ambos. El cambio repentino de la seducción a la intención lo tomó por sorpresa. No había esperado que Will fuera tan receptivo, que su aroma se convirtiera en algo que Hannibal quería rodar y rodar sobre su piel.
La intensidad de las respuestas de su compañero lo dejaron asombrado pero ansioso. Quizás él no era el único que casi había perdido a alguien importante para ellos. La idea de que Will creciera en afecto por él se encendió en su corazón, un pozo de esperanza surgió para calmar el temor siempre presente de que decidiría separarse.
Will buscó a tientas su taza, deslizándose al azar sobre la bandeja al lado de la tina junto con la botella. Se sentó y sacó el pequeño vaso de Hannibal del agua donde lo había dejado caer sin preocuparse en su afán de tocar a su esposo.
Hannibal se dio un festín al verlo, empapado de sus hombros hacia abajo, con su esbelto y robusto cuerpo revelando unos exquisitos detalles, con su camisa flotando y mostrando su fina cintura. La parte posterior de su cabello se había sumergido en el agua cuando se movió, goteaba agua a lo largo de su grácil garganta, con pequeñas gotas como una dispersión de diamantes en su piel perlada. Sin embargo, era lo que no podía ver lo que más lo atraía.
La mente brillante de Will, su corazón vasto y decidido y la bondad que estaba que incluso su padre no había sido capaz de destripar. La misma bondad que lo llevaba al peligro una y otra vez, siempre para los demás, siempre en defensa de aquellos que no tenían defensas, incluso a riesgo de apagar su luz para siempre.
Hannibal se sentó y atrajo a Will para otro beso, hambriento y necesitado, con la lengua saqueando las calientes profundidades de su boca y tocando sus afilados dientes pequeños hasta que él retrocedió, sin aliento, con preguntas en sus grandes ojos azules.
"Había venido un momento después..."
Hannibal no pudo terminar esa frase, no pudo terminar ese pensamiento, y no fue necesario. Will ahuecó su rostro, sacudido por su angustia, por el cuidado que le daba en la luz. Era otra confesión atesorada, otro susurro sin aliento que debía sostener en su corazón y nutrirse. Se deslizó a través de él para encontrar algo más profundo, provocando otro hilo que fortaleció su vínculo con su marido.
"No lo hiciste" susurró Will, besando la frente de Hannibal, levantando su barbilla y cerrando los ojos en éxtasis cuando él lo mordió ahí debajo de su mandíbula, posesivo y temeroso y obligado a probarlo.
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Overcoming
RomanceHannibal Lecter es el futuro Duque de Westvale y ha estado en la guerra durante los últimos diez años. Su abuelo ha hecho un contrato poco después de su nacimiento para conseguirle una esposa. Está es una traducción de Orphan_account y una obra orig...