Jamás pensó que su vida terminaría volviendose un caos, en un día estaba tranquilamente con unas prostitutas en su hogar, tomando cerveza, perdiendo el conocimiento... en fin, la vida perfecta bajo su opinión y al otro instante se encontraba huyendo de la ley todo por proteger a una gatita que había hecho que se comportara como una persona completamente diferente.
¿Se estaba encariñando con la chica? Era una posibilidad, no veía otro motivo por el cual hacer tanto alboroto, si se hubiera tratado de otra chica simplemente le hubiera dado su bendición y hubiera desaparecido de su vida, así de simple, pero no, esa chica había logrado cautivarle a pesar del poco tiempo que habían llevado juntos.
—¡Cuidado imbécil!
Gritó Marc al ver que Leo casi se estrellaba de frente contra un edificio. Rápidamente Leo recobró el sentido y esquivo aquella firme pared que estuvo a punto de detener su parada, lo mejor sería que se cuestionara sus sentimientos cuando estuvieran en un punto seguro.
—Te necesito centrado ¿Ok? Mi hermana tiene un aspecto pésimo, hay que llevarla a un lugar seguro para que descanse pero primero hay que perder a esos sujetos.
Señaló a sus espaldas la gran cantidad de patrullas que estaban decididos a atraparlos. Leo se sintió bajo una presión terrible y solamente atinó a apretar el acelerador y empezar a buscar una calle en específico.
—Este auto tiene poca gasolina... necesitamos perderlos y pronto.
Musitó Leo mientras continuaba dando vueltas y curvas por las esquinas, a la distancia pudo apreciar un extenso puente sobre un rio... bien, eso iba a funcionar, comenzó a manejar hacia aquel puente y Marc al ver a donde se dirigía sintió que el pelo de su cola y orejas se le erizaba por completo.
—Eh... Colega... ¿Qué estas pensando hacer?
—Creo que eso es obvio, brincaremos cuando estemos por ese puente, el camino va recto así que seguirán al auto mientras tanto nosotros tendremos tiempo para huir nadando.
—¡¿Nadando?!
Exclamaron ambos hermanos completamente espantados por la idea.
—¿Qué demonios les pasa? Es agua.
—O sea... Hello~ Somos mitad gato, ¿En serio esperas que nos agrade la idea de brincar a un río?
—No digas tonterías Marc, es un mito eso de que los gatos le tienen miedo al agua.
—Si es un mito ¿entonces por qué tenemos tanto miedo?
Contra atacó Natalie que aparentemente también odiaba la idea de brincar al rio. Leo suspiró pesadamente e ignorando a sus miedosos amigos solamente atinó a arrancar lo mas rápido que pudo hacia el río, se quitó el cinturón y lo ató al volante de manera que se quedara fijo.
—Vamos, solo tenemos una oportunidad, no hay que desaprovecharla.
Se fue al asiento trasero y tomó a Natalie en brazos, le dio un suave beso en la frente y la aferró a su pecho, abriendo apenas un poco la puerta trasera. Miró de reojo a Marc, él no parecía para nada decidido a brincar.
—Marc, ¡Marc! Reacciona, no puedes dejar sola a tu hermana, tienes que brincar.
Marc simplemente se quedó estático, mirando con pavor hacia el río que poco a poco se iba acercando a ellos, debían brincar de una altura de aproximadamente cinco pisos pero no era el salto lo que le tenía miedo, era el río que les recibiría para apaciguar la caída.
—¡Marc!
—¡Hermano! —Gritó finalmente Natalie aterrada a la idea de que su hermano se quedara en el auto y fuera atrapado. A pesar de que era firmemente abrazada por Leo, pudo extender su mano hacia su hermano hasta poder tomarle la mano, aferrándose a esta suavemente. Marc al sentir aquel contacto paso la mirada del rio a su hermana. —Por favor... no me abandones... —Rogó con un tono quebradizo y Marc simplemente se aferró a la mano de su hermana y sonrió ligeramente, sacando valentía de quien sabe dónde.
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Experimento 204
Romance-Soy una aberración, un accidente de la naturaleza, eso es lo que soy exactamente... un error. -¿Cómo te llamas? -Experimento Dos Cero Cuatro. - En una época donde las enfermedades se volvieron algo exclusivo en los seres humanos y motivo principal...