14. Romance prohibido

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—Hermanito ¡Por favor! Bebe más tranquilo.

Natalie arrugó el ceño al ver como su hermano casi se ahogaba en leche al no parar de beber.

—Es cierto Marc, ya relájate.

Leo le dio unas palmadas en la espalda esperando que se detuviera pero este solo dejo el tazón para mirarle y terminar por bufarle tal cual felino que suelta una advertencia a su presa.

—Marc esta súper raro, esta bien que sus instintos salgan derepente pero ya lleva mucho portándose así ¿No estará pasando algo malo con él? Como con Natalie, que se pone mal con su medicina ¿Él no se alocara sin sus medicamentos?

Todos se mantuvieron callados por unos instantes mientras que Marc por su parte seguia bebiendo de su leche con toda la tranquilidad que un felino podría demostrar.

—Es muy posible, hace rato no se estaba portando así, luego lo sacamos del laboratorio y comienza… quizá si es por el medicamento, debemos encontrar a Jorge, él podría darnos medicina mientras logramos trazar un plan, así Natalie y Marc estarán estables por un rato.

—Me parece una buena idea Leo, ¿Qué dices Francisco? ¿Tú no te sientes mal?

Francisco parpadeó un par de veces y movió su cola algo alborotado tal cual cachorro que se siente feliz, ladró una sola vez y luego suspiró con calma.

—Aunque no lo parezca yo si tengo un buen control sobre mis instintos… excepto cuando estoy con Natalie, solo ella logra ponerme algo loco.

Puso una cara de bobo enamorado que le causo gracia a Natalie y repulsión a Leo, este último recogió los platos de la mesa y se dirigió a la cocina para empezar a lavarlos, después de todo no quería ser más carga para su anfitriona.

—Bien, entonces buscaremos a Jorge, creo que lo mejor es que Natalie y Marc se queden aquí, estando en ese estado no es buena idea que salgan, podrían causar más mal que bien, sin ofender Nath.

Natalie suspiró ligeramente y miró a su hermano que se rehusaba por completo a soltar su tazón de leche, se notaba que quería acabarse hasta la última gota, tenía razón, su hermano y ella no estaban en condiciones de formar parte de algún plan, terminarían arruinando todo.

—Esta bien, igual no creo que mi hermano tenga algún problema en quedarse conmigo ¿Verdad Marc?

Un suave maullido fue la respuesta a la pregunta de Natalie.

—¡Ya deja el tazón! —y desafiando a su hermano jaló el tazón logrando por suerte quitárselo sin recibir ningún rasguño de por medio.

—Hermana —le recriminó con los ojos llorosos.

—Ni haciéndome ojitos lograras que te lo devuelva, te va a hacer daño.

Se puso de pie para llevar el tazón hacia la cocina donde se encontraba Leo, dejo el mismo sobre el fregadero pero antes de irse Leo le tomó del brazo y la jaló de manera que quedara pegada a su cuerpo.

Experimento 204Donde viven las historias. Descúbrelo ahora