CAPÍTULO IX "El Ángel Perdido"

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Mickael

Tenía toda mi existencia estudiando cada palabra del libro de vida, la Biblia; con ese aprendizaje podía entender el comportamiento humano e incluso el poder y comportamiento de Dios. Así que en ese momento recordé algo muy curioso que se exponía en la Biblia, «porque solo nosotros sabemos lo que sentimos».

— ¿La has encontrado? —me preguntó Jael al aparecer de repente. En ese momento, estaba pensando en todo lo que pude ver en la mente de Rosie, no recordaba demasiado, ya que era confuso, pero estaba estudiando cada pensamiento que tuvo mucho antes de suicidarse, y analizando los recuerdos que pasaban rápidamente por su cabeza cuando tenía visiones y pesadillas.

—No, no he podido identificar completamente su proveniencia. Cuando podía entrar en su mente, había mucho desorden, nada que pudiera identificar, pero recuerdo algunas imágenes e intento analizar cada una. ¡Necesito algo que me lleve a ella rápido! Si Rosie está viva, entonces tuvo que haber vuelto a algún lugar en el que se sienta segura, o al menos es lo que quiero creer.

»He notado en varias veces un rostro, el nombre no lo veo, es difícil, pero es hombre, creo que en algún momento fue importante para ella, pero no siento que sea buena persona con Rosie.

— ¿Un chico? ¿Alguien de su pasado? ¿Piensas que le haya hecho daño? —preguntó Jael

—Solo fue parte de eso —respondí—. Su nombre es Kareff Taylor, tiene veintisiete años, tan enamorado del amor y tan adicto a las mujeres que solo las bombardeaba de dulzura los primeros meses y cuando obtenía lo que quería de ellas, las desechaba, como si fuesen nada.

»Supongo que eso hizo con Rosie, ¡qué tipo tan desagradable!

— ¿Y ella aún sigue pensando en él? ¿Y por qué no está muerto?

—No piensa en él, tampoco siente nada hacia él, solo que está ahí porque fue importante. Ella sin memoria, ahora que lo recuerdo, es dulce y amable, pero cuando veo sus recuerdos de su persona pasada, noto que es fría, autosuficiente y valiente.

—Siempre es así, Mickael, sin memoria, no hay dolores qué recordar, su verdadera esencia es la Rosie sin memoria, porque es donde no está lastimada.

—Tiene sentido, y él no está muerto porque es cazador igual que ella, y de hecho, creo que seguían conversando después de todo lo que él le hizo. Es confuso su pensamiento, me gustaría saber cómo piensa, pero de manera ordenaba, mientras estaba sin memorias, su mente estaba demasiado turbia como para entrar ahí.

»Mucha gente le hizo daño Jael, puedo ver que la Rosie de antes, ya ni siquiera cree en el amor, y creo es por eso que tampoco puedo reconectar con ella. O Al menos, su pensamiento lo hace más complicado.

Jael me observó con compasión.

—Siento que lo detesto, Jael, no puedo soportar ver a un humano así con tanta maldad en su interior. Es tan inestable, y patético. En su interior no hay nada más que malas intenciones; es frío, está roto y podrido por dentro, se siente vacío, insatisfecho, y no sabe lo que quiere.

» Por eso solo se encarga de dejar cadáveres emocionales de mujeres a su paso, sin sentir remordimiento; y no puedo creer que Kareff sea tan duro consigo mismo, el mismo trato que ofrece, es el mismo que él se da a sí mismo, y eso es triste. La destruyó Jael, la destrozó emocionalmente, ella es tan pura y noble, tan incapaz de hacer daño, y solo quería ser amada. A sus veintitrés años, no ha sido amada por ningún hombre y ella tampoco ha amado, y en su corazón, ella lo anhela tanto, pero tanto que solo la ha llevado a elegir incorrectamente.

—No sé cómo puedo ayudarte...

Me quedé en silencio, pensativo.

—Lo que no comprendo es por qué ella sigue ahí —dije—. ¿Y si ella está con él en este momento?

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