Rosie
Era de noche, y estábamos en un bosque.
¿Cómo elegir quién vive o quién muere? No debería ser una elección deliberada. Se trataba de una situación intensa, difícil, pero sobre todo dolorosa. Luchaba con un conflicto interno que no sabía cómo resolver; nadie más lo sabía, solo yo tenía que hacerlo. Tomar una decisión tan complicada nunca era fácil, pero era la solución a todo, una salida que desesperadamente necesitaba. Llegaría el momento en que tendría que actuar.
Mientras mis pensamientos se enredaban en un torbellino de situaciones abrumadoras, noté que Mickael estaba soñando. «¿Un ángel? ¿Soñando?» Lo observé con asombro. No sabía cómo reaccionar, ya que era algo completamente desconocido para mí. «No sabía ni siquiera que él podía soñar, se suponía que los ángeles no lo hacían nunca».
—¿Por qué está soñando? —le pregunté a Jael.
—Él ha estado así desde hace un tiempo, se supone que no dormimos, ¡es más!, a él le tocaba hacer la guarda, y ahora míralo, está durmiendo.
—¿Tranquilamente? —inquirí.
—¿Cómo así?
—Me refiero a que, si sus sueños al menos son plácidos, parece estar tranquilo, pero su sueño podría estar en este momento atormentándolo, ¿no?
—No había pensado en eso, él me había dicho que tenía muchos sueños extraños, pero no me habla de todos y casi siempre se despierta asustado.
—¿Nunca has intentado entrar en su mente? —le pregunté, algo en mí tenía miedo de que él la estuviese pasando mal, quería despertarlo, pero no iba a llegar a ese nivel solo porque tenía miedo.
—No puedo entrar en la mente de él, puedo ver su historia, sus sentimientos y lo que ya ha vivido, pero su mente subconsciente está prohibida, es lo más profundo que tiene un ángel. Es bastante íntimo en realidad.
—Ah, entiendo, no sabía que sería tan problemático —le dije, al bajar la mirada hacia el suelo.
—¿Por qué de repente te llegó esa pregunta? ¿Te preocupa algo? —me preguntó él, interesado.
—Sí, más o menos, solo me preocupa que la esté pasando mal, realmente me sorprendió verlo dormir.
—Sí, es extraño, de verdad...
De repente, Mickael se despertó asustado, se levantó rápido y comenzó a mirar para todos lados, como si estuviera buscando algo. Intercambié miradas con Jael, ambos nos quedamos sorprendidos, mi corazón estaba palpitando con fuerza, «estaba asustada».
—Mickael... ¿estás bien? —le pregunté.
—Sí, lo siento, ¿me dormí? —Él me miró y suspiró, se veía más calmado.
Asentí, mirándolo con preocupación.
—Sí, esto me ha estado pasando varias veces, no tienes de qué preocuparte. De verdad.
—¿Estás seguro? —le pregunté de nuevo.
Él se volteó a mirarme, y se acercó a mí con una sonrisa. «Estoy bien—me susurró él, al darme un beso en la frente», asentí tranquila.
—¿Dónde estamos? ¿Se ha manifestado algo?
—No, nada desde que atravesamos la puerta y te dormiste —comentó Jael mirando a los lados.
—Este lugar da miedo —dije, al sentir de repente mucho frío. Mickael se acercó a mí, y me tocó el hombro, entonces calentó mi cuerpo. Lo miré sorprendida mientras sonreía—. ¿En serio hiciste esto?
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CAUTIVANTE
FantasyMickael, un ángel protector de almas, le asignaron a una chica llamada Sarah. Sarah Winslow era una joven que, tras pasar por un grave sufrimiento y varios episodios traumáticos en su vida, se vio obligada a tomar acciones perjudiciales y suicidas p...