RESUMEN
Tay Kattalakis no es un lobo cualquiera, es el hermano de Off y Force, dos de los miembros más poderosos del Omegrion: el consejo que gobierna y hace las leyes de los licántropos y el resto de weres. Sus hermanos son los representantes de los lobos y la madre de New es la que representa al clan de los osos.
No hay forma alguna de que puedan terminar juntos y ambos lo saben.
Pero cuando la guerra llega al Santuario, el local que regenta la familia de New, todos tienen que elegir el bando para el que van a luchar y los enemigos se verán obligados a forjar extrañas alianzas. Y cuando New es acusado de traicionar a su gente, su única esperanza será el único hombre que cree en él. Y Tay, para salvarlo, tendrá que romper las leyes de los suyos y la fe que en él han depositado sus hermanos.
EL COMIENZO DE LOS WERE-HUNTER
Mucho antes de que la historia fuera registrada, vivió un valiente rey. Uno que se negó a ceder ante la voluntad que los dioses griegos ordenaban. Como tantos antes y después, cometió el error de enamorarse de la mujer más hermosa del reino. Una mujer cuya sola sonrisa era la sangre de su vida.
Poco sabía él que ella soportaba la más oscura de las maldiciones. Por los actos que sus antepasados habían cometido contra el Dios Griego Apolo, hace más de dos mil años antes de su nacimiento, su raza estaba condenada a morir brutalmente en su vigésimo séptimo cumpleaños. Era un secreto que ella mantuvo hasta el día en que, como todos los demás de la raza Apolita, comenzó a envejecer y morir.
En sólo veinticuatro horas pasó de ser una bella joven a una bruja, y entonces no quedó nada, salvo un montón de polvo disperso.
Lycaon quedó devastado por la pérdida de su amor, pero peor era el conocimiento obsesionante de que pronto sus hijos se unirían a su madre y morirían del mismo horrible modo.
Como ella, morirían por algo en lo que ninguno de ellos había tomado parte.
Incapaz de soportar esa injusticia, se enfrentó a los dioses y les dijo que se jodieran. No se quedaría esperando a ver a sus hijos morir. Jamás.
Esa misma noche, comenzó a utilizar la más oscura de las magias para unir los genes de la raza de su esposa con los de los animales más fuertes. Lobos, chacales, leones, tigres, panteras, jaguares, guepardos, osos, halcones, leopardos, incluso un raro dragón... esos fueron los pocos que escogió para salvar a sus hijos.
Cuando terminó sus experimentos, había creado una especie completamente nueva. No más humanos, ni Apolitas o animales, eran algo completamente distinto.
Los experimentos convirtieron a sus dos hijos en cuatro seres separados. Dos criaturas que mantenían el corazón de animal y vivían como animales a la luz del día. Y dos que tenían corazón humano. Durante el día, su forma base sería la humana.
Este fue su regalo.
Y de esta manera nació una nueva maldición.
De la raza Apolita de su madre heredaron las habilidades mágicas y psíquicas. Lo que su padre había forzado hizo que vivieran durante el día en su forma base, ya fuera humana o animal, y por la noche podrían cambiar a su deseo a la otra. El hombre se convirtió en bestia y la bestia en hombre.
Bajo la luz de la luna llena, cuando sus poderes eran más fuertes, ni tan siquiera las leyes del tiempo o la física tenían control sobre ellos. A partir de ese día vivirían durante siglos, inmunes a la maldición de Apolo.
Los dioses no estaban felices. Exigieron al rey que matara a todas las criaturas que había creado. Como se atrevía él, un simple mortal, a ser lo bastante beligerante como para frustrar su voluntad.
Pero el rey se negó.
—¡No dejaré que mis hijos sufran por vuestra vanidad! Podéis moriros todos, no me importa.
De ese modo, mientras sus hijos se salvaban de la maldición Apolita, los dioses les dieron una nueva. Ninguno de su especie podría escoger a su compañero a su libre albedrío, sólo las Parcas podrían asignárselos. Y nunca habría paz entre los animales Katagaria y los humanos Arcadian que el rey había creado.
Eternos enemigos, ambas razas se conocerían como Were-Hunters porque se cazarían los unos a los otros. A lo largo del tiempo, lucharían y matarían a su raza... siempre desconfiando. Siempre enfadados. Más que eso, se convertirían en la fuente de alimento escogida por sus primos, los vampíricos Daimons que necesitaban almas para vivir después de su vigésimo séptimo cumpleaños.
Ninguna paz. Ninguna ayuda. Su destino era sufrir y existir a pesar de los dioses. Hasta el día en que los dos últimos supervivientes se aniquilasen.
Esa fue su profecía.
Y ninguno debería sufrir más que los que llevaban el nombre de los descendientes directos del rey. Aquellos que cargaban el apellido Kattalakis...
┆ ✐ Contienen spoilers de los libros anteriores
┆ ✐ Contiene Mpreng (embarazo en hombres)
┆ ✐ No es necesario que leas los libros anteriores, pero puedes hacerlo para saber el contexto de algunas cosas
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˗ˏˋ 19 TayNew ˎˊ˗
Fanfiction¿Que resulta de mezclar un lobo y un oso? ╭────➣⁀➷ ׂׂૢ │❝ Resúmen adentro ❞ ╰───────────────➢ೃ