DIECISIETE

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Eran las dos de la tarde cuando Jisung esperaba en la sala de su casa el mensaje de Minho indicándole que ya había llegado por él.

Por supuesto lo habían dejado ir, pues su padre apenas platicó con el señor Lee y le inspiró confianza... si supiera.

Para su buena suerte no tuvo que esperar mucho, pues fue cuestión de minutos para que aquel mensaje llegara, y Jisung rápidamente se despidió de sus padres, diciéndoles que los vería en la cena.

La señora Han estaba feliz de ver a su hijo emocionado por pasar tiempo con el alfa, pues había demostrado ser un buen chico y tenía contento a su hijo, no podía pedir más.

Por parte del señor Han ya le tenía más confianza al pelinegro, siempre se mostró respetuoso y educado, además de que Jisung no se había quejado de él.

—Hola.— Saludó el omega una vez vio al alfa frente al auto, dándole un corto beso en la mejilla, pues sus padres estaban presentes.

—Hola, te ves muy guapo, omega.— Le dijo y Jisung sintió aquella sensación en su pecho y estómago, no era mala, se sentía bonito recibir halagos de la persona que le interesaba.

Minho le abrió la puerta trasera del auto para que este pudiera pasar.

—¡Hasta luego señor Han, me saluda a su esposa!— Gritó el alfa hacía el alfa mayor que lo observaba desde la puerta, quien lo despidió con su mano, y finalmente se metió al auto.

Jisung saludó al señor Lee educadamente antes de que este pusiera en marcha el auto.

—¿Les parece si les compro comida china antes de llegar?— Preguntó el mayor.

Los menores aceptaron, pues una deliciosa comida no se puede negar.

Minho tomó la mano de Jisung, jugando con los dedos de este, percatándose de un detalle.

—¡Tus dedos son grandes y suavecitas! Tienes dedos de bebé.

Jisung lo miró con molestia fingida.—Mis manos son bonitas.

—Lo son, nunca dije lo contrario. Pero me me encantan.

El rubio solo atinó a sonreír, en presencia del mayor no hablaba mucho.

Al rededor de veinte minutos después fue que llegaron con todo y comida a la casa, ahí se encontraba la señora Lee, esperando a su esposo.

—Hola Jisung, que gusto verte. Pasa, esta es tu casa.— Saludó al omega menor.

—Hola Goeun, es un gusto verla.

La mayor le sonrió.— Lisa va a llegar más tarde porque va a acompañar a Jennie a una cita con el doctor para ver al bebé, así que espero que puedan cuidarse ustedes mismos.

Minho asintió con una sonrisa bastante particular que hizo que su madre se burlara por lo bajo.

Los menores entraron a la casa, directo al comedor.

—¿Quieres refresco de manzana o ponche?— Preguntó el peli negro.

—Ponche.

Se dispusieron a comer mientras Jisung contaba acerca de que Navidad estaba a la vuelta de la esquina y planeaba invitarlo a la fiesta navideña de su casa.

Minho aceptó ir con la condición de que el omega debería acompañarlo en año nuevo con su familia.

—Lo bueno que ya estamos en la última semana de clases y ¡empiezan las vacaciones de invierno!— Celebró el omega.

ReasongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora