VEINTISÉIS

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Su lado animal se apoderó completamente de su actuar. Minho, a pesar de estar en celo, solo podía pensar en complacer al omega que desprendía un aroma tan exquisito.

Jisung pudo ver el rojo en la pupila del alfa, sintiendo como el ambiente se llenaba de feromonas.

Ninguno se movió hasta que el omega se puso de pie al sentir más lubricante resbalar por su entrada, empapando aún más sus pantalones.

Minho tenía sus sentidos tan agudizados al punto de que podía sentir el aroma del lubricante. Jisung, Jisung, Jisung, su cerebro estaba lleno de Jisung.

No demoró en ir hasta el omega y afianzar uno se sus brazos alrededor de la cintura de este, para llevar su boca a depositar besos húmedos en la fina mandíbula de este, logrando hacerlo suspirar.

El omega buscó necesitado sus labios, quería sentir su boca contra la suya. Esta vez no era Jisung tratando de evadir a Minho debido a su sobre pensar. Esta vez era Jisung anhelando cada parte del alfa, necesitándolo de la manera más sobrehumana posible.

Minho le dio lo que quería, lo beso firmemente mientras lo acorralaba contra la mesa y la espalda del omega se inclinaba.

Jisung gimió cuando la boca del alfa bajó a succionar justo sobre la glándula de olor, en ese lugar donde debería ir una marca.

Además de que sus miembros erectos se rosaban aún a través de la tela de ambos pantalones.

—H-honie, v-vamos a tu habitación.— Pidió el omega, la posición en la que estaba no era la más cómoda.

El alfa pareció ignorarlo, demasiado perdido en frotarse contra él y dejar un chupón en su cuello.

—A-alfa, quiero ir a tu habitación.—Alzó la voz.

El pelinegro inmediatamente reaccionó, tomándolo por los muslos.—Sostente de mi cuello, amor.

El omega hizo caso, cruzó sus manos en el cuello y enredó sus piernas alrededor de la cadera del alfa, sintiendo como este lo cargaba para dirigirlo arriba de las escaleras.

Mientras, se dispuso a besar el cuello de Minho, succionando para dejar una marca ahí.

Fue cuestión de un minuto para sentir su espalda presionada contra el colchón, el alfa se subió sobre él mientras sus manos estaban en el cierre de su pantalón, buscando deshacerse de él.

Jisung alzó sus caderas para facilitarle la tarea, y sintió como bajaba hasta su ropa interior, dejando su miembro al aire.

Las manos del alfa fueron a él falo del omega, atendiéndolo, pero fue cuestión de segundos para que sus dedos bajaran, buscando su entrada sumamente húmeda.

—Oh, sí, más.— Jisung gimió cuando un dedo fue introducido, deleitándose por lo largo que era y lo fácil que resbalaba.

—Sé paciente, voy a darte mi polla, bebé.— Habló el alfa justo en su oído.

—T-te quiero dentro, Honie. Dame cachorros, por favor....

Eso activó algo dentro del alfa, quien ya se estaba deshaciendo de sus prendas inferiores.

—Te los voy a dar, bebé. Voy a anudarte, me voy a asegurar de darte todos los cachorros que quieras.

Ambos sabían que no lo decían realmente en serio, pero ¿una pareja destinada en celo? Era realmente un caso fuera de control.

Minho trató de ser racional, haciendo amago de ir por los condones, pero fue detenido por la mano del omega aferrada a su brazo.

—¿Qué haces?— Le cuestionó.

—Necesito los condones.— Explicó, sacándose la camisa para quedar completamente desnudo.

—No. No voy a dejar que me la metas si pones un condón. Yo quiero bebés.—Se quejó.

Mierda. Jisung estaba siendo dominado por su omega, y eso era algo sumamente peligroso.

El alfa quería complacerlo, pero a la vez sabía que era lo correcto.

—T-tomo pastillas anticonceptivas, todo estará bien.— Especificó el omega, Minho suspiro de alivio al ver que Jisung aún tenía uso de conciencia.

Confiando en él, se puso nuevamente sobre su cuerpo, separando las piernas del hermoso rubio debajo de él y alineando su miembro a la entrada de este.

Fue lenta su entrada, pero cuando finalmente tocó fondo nadie pudo detenerlo, quería llenarlo hasta estar saciado, aun sabiendo que nunca tendría suficiente del omega.

La sensación de piel con piel era incomparable, y tuvo que parar unos segundos para asegurarse de durar antes de correrse.

Arremetió contra la entrada de Jisung, la cama estaba sonando, pero los gemidos de ambos eran más altos.

—¡Más, alfa, justo ahí!

En su mente solo estaba la frase "complacer a mi omega", nublado por el placer y el deseo mutuo.

Unieron sus labios en un beso lleno de lujuria, sus lenguas se frotaban sin tregua sobrepasando lo obsceno, pero no importaba mucho. Solo querían disfrutar al máximo a su pareja.

Una, dos, tres embestidas, incluso más fueron dadas, a este punto ambos se encontraban jadeando y sudados, perdidos en el placer de entregarse al otro.

Las paredes de Jisung abrazaban el miembro del alfa de una manera exquisita, como si estuvieran hechos el uno para el otro, y de cierta manera así era.

La intensidad de las embestidas aumentó, Jisung apenas podía recordar su nombre debido a la fuerza con la que su próstata era tocada, estaba a punto de llegar a la cima.

El alfa también estaba en el borde, y bastó un par de embestidas más para sentir como su nudo aparecía.

Era una sensación incomparable anudar sin protección, era la situación más íntima en la que podían llegar a estar.

Incluso estaban sorprendidos por la facilidad en que ocurría, debido a que alguna vez mencionaron en la escuela sobre que los alfas no logran anudar con frecuencia a sus omegas, sean destinados o no, que eso requería de varios intentos.

Pero era sorprendente como desde la primera vez Minho lo logró.

El alfa se dejó caer, enterrando su cara en el cuello de Jisung.

El omega sintió todo el peso de su novio, nada que no pudiera soportar, mientras era invadido por aquel líquido caliente.

—Creo que esto va a tardar.— Habló Jisung.

Minho beso suavemente la piel.— Es genial, creo que anudarte es mi momento favorito.

—También es el mío. Ahora cambiemos de posiciones, pesas.

Ambos rieron levemente antes de moverse con cuidado.

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