Después de una tarde llena de trabajo, lo mínimo que esperaba Jisoo, era un descanso. Ese día, no había recibido ningún tipo de información relevante. Rosé pasó gran parte del día hablando de Irene, imaginando lo que podía estar haciendo.
Almorzaron en un silencio cómodo, pero con Rosé, cosas como esas, no duraban mucho. Jisoo ya se estaba acostumbrando al sonido de su voz.
La beta era de las sorpresas más grandes que había tenido en esa casa. Creía que todo el mundo intentaría golpearla, o que la venderían a penas llegase a esa casa, pero todo lo contrario. En su posición de omega, no estaba segura en ningún lugar. Lo sabía, pero con Rosé, al menos ya se sentía cómoda.
Para su buena suerte, no se había topado en ningún momento con aquel alfa. Lo agradecía con todo su ser, y también agradecía el hecho de que Rosé no se haya separado de ella en ningún momento. Para trabajar en la mafia más grande del continente, podía jurar que la beta tenía un lindo corazón. Hablador, pero bueno.
En el momento que se encontraron con Jennie, el nerviosismo de Jisoo se hizo presente. Sentía una ansiedad creciente, formándose en su pecho. Sus piernas temblaban, y sus manos sudaban. Tenía una expresión neutral, pero al ver a Jisoo, cambió por una sonrisa amable.
Jennie jamás iba a la cocina de los omegas. Primero que todo, ese no era su lugar en la casa, por su condición de alfa y su puesto dentro de la familia, y segundo, su madre le había prohibido molestar a los omegas que trabajaban tranquilamente en su casa. Con su simple aroma, enloquecían.
—Buenas tardes.
Saludó con voz cansada. No demostraba su cansancio, pero estaba destruida. Deseaba ir a su habitación, y caer a su cama, para dormir hasta mañana, pero primero tenía que ver a la omega y asegurarse de su bienestar.
—Jennie ¿Cómo estás? ¿Mucho trabajo?
—Un poco.
—¿Sabes a dónde fueron Irene y Nayeon? Intentamos ingresar a su habitación, pero nadie contestó.
—Están de viaje. Barcelona.
La expresión de Rosé cambió a una confundida. En su mente, la persona que debía viajar era Jennie, pero estaba frente a ella, mirando tímidamente a una cabizbaja Jisoo.
—Creí que irías tú. Bueno, las dejo.
La chica abandonó la cocina, dejando a una Jisoo mucho más nerviosa. No deseaba mostrar ese nerviosismo, pero era difícil. Algo en ella se estaba descontrolando, acelerando, y haciéndola sufrir.
Jennie por su parte, pensaba en una manera de no ser tan obvia, y hablar con Jisoo de alguna forma u otra. Estaba curiosa. Quería conocerla correctamente.
—¿Tuviste un buen día?
Preguntó cautelosamente, siendo consciente que podía asustar a Jisoo de alguna manera. No deseaba que se fuera.
—Sí, supongo ¿Tú?
Jennie pensó en su respuesta. Había sido un día horroroso. Demasiadas cosas en las cuales debía pensar, y trabajar.
—Un buen día.
—Me alegro por ti, aunque tengo que hacerte una pregunta.
—Oh, la que quieras.
—¿Puedo salir?
—¿Q-quieres irte?
La preocupación invadió a la alfa, que se tensaba en su lugar. Ella no estaba en ninguna posición para impedir que Jisoo se fuera de esa casa. Tal vez, había descubierto que no podía estar allí.
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INFILTRADA - JENSOO
DiversosDonde Choi Jisoo se infiltra en una casa con la ayuda de una compañera de trabajo, y termina completamente perdiendo la cabeza por una alfa. O Donde Jennie Kim encuentra a una omega, la cual roba su corazón al instante, causando un sinfín de sentimi...