Lo primero que sintió esa mañana al despertar, fueron los brazos en su cintura, y sonrió sin abrir los ojos. Llevaban dos semanas en Barcelona. Dos largas semanas. Dos semanas compartiendo la misma cama. Como una pareja.
Intentó removerse, pero en ese momento, todo se volvió tenso. Había algo presionando en su espalda baja. Algo estaba lastimando su espalda baja. Podía deducir que era grande, y se sentía duro.
Sus ojos se abrieron, y sus mejillas se tiñeron de color rojo intenso. En todos esos días, nada de esto había pasado. Ni siquiera por error. Sólo ese día.
Jisoo estaba controlando su respiración para no salir corriendo de la vergüenza, pero no sólo sentía vergüenza. Nunca, nunca, nunca en toda su vida, le había sucedido eso. Estaba totalmente húmeda. Más que húmeda. Estaba hecha un desastre. Sentía calor en la parte baja de su abdomen, y un dolor poco explicable. En los celos, por lo general, su libido sexual aumentaba, pero ella no estaba en celo, no tenía por qué estar así. Jennie era la culpable de eso.
Tengo que salir de aquí. Ahora.
Para su mala suerte, Jennie no la dejaba escapar con facilidad. No la dejaba escapar por las noches. Tenía que rogarle a que afloje un poquito. No estaba en condiciones para rogar.
—Jennie.
Llamó al cuerpo inconsciente, que la abrazaba con protección contra su pecho, y la mantenía pegada a ella.
—Jennie, tengo... Tengo que ir al baño.
—No.
Soltó adormilada, dejando un beso en la nuca de la omega. Fue una terrible idea. Aquella corriente fue por todo su cuerpo, para acabar en su abdomen bajo, provocando que doliera aún más.
—Por favor. Es urgente.
—Mi omega —gruñó despacio, para intentar volver a caer en el sueño profundo en el que estaba hace pocos minutos— Mía.
—Jennie.
—No. No quiero dejarte ir.
—Será corto.
—No.
La alfa exclamó con desagrado. Odiaba tener que separarse de Jisoo, pero no podía obligarla a estar a su lado. Soltó el agarre en su cintura, y se alejó de la omega.
Jisoo sonrió para sí misma, y en menos de tres segundos, se encerró en el baño. Podía ver lo acalorada de se encontraba, y suspiró. No sabía qué hacer.
El dolor en su abdomen continuaba. Deseaba salir de ese baño, y no volver a ver a Jennie por lo que le quedaba de vida. Era una situación vergonzosa. Estaban cerca. Habían estado cerca muchos días, pero era la primera vez que lo sentía. Lo sintió en su espalda baja.
No podía mentir, y estaba curiosa respecto a eso. Claro que lo estaba. Seguía siendo hormonal, sobre todo si se trataba de Jennie. La descontrolaba con su simple aroma.
Sus dinámicas las últimas dos semanas se basaban en despertar y desayunar juntas, tener que despedirse y que Jennie le prometa que se cuidará mucho. Recorrer lugares turísticos de la ciudad, y ayudar a Rosé en lo que más pudiera, hasta que cayera la noche, en la cual se fundía con la mayor en muchos abrazos, hasta caer en un sueño profundo. Habían tenido bastantes conversaciones interesantes, y Jisoo cada día podía decir que conocía más a Jennie, y se maravillaba con la personalidad tan increíble.
No había pasado nada más que un beso en la frente, o en los hombros, incluso en la nuca, pero nada más. Eso frustraba a Jisoo. Deseaba tener el valor para besarla. Lo había imaginado varias veces, y no sabía que sentir.
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INFILTRADA - JENSOO
De TodoDonde Choi Jisoo se infiltra en una casa con la ayuda de una compañera de trabajo, y termina completamente perdiendo la cabeza por una alfa. O Donde Jennie Kim encuentra a una omega, la cual roba su corazón al instante, causando un sinfín de sentimi...