Las habilidades de Lisa Manobal al volante, cada día eran más cuestionables, sobre todo en el estado en que se encontraban. Sabía que lo que esperaba en casa, no era bueno, sino, que sería su fin. El final de todo ese juego iniciado por Mina.
Tragaba saliva pesadamente, mientras pensaba en todos los momentos que pasó junto a la familia que robó su corazón. La mejor familia que le pudo tocar. Los quería. A todos, pero también, pensaba en Rosé.
Su intención nunca fue enamorarse perdidamente de la beta más habladora que había conocido, pero al igual que pasaba con los alfas y los omegas, ella sentía que Rosé era su pareja predestinada. No sabía como pero lo sentía. Su juego con la chica duró un par de semanas, cuando simplemente cayó en cuenta del sentimiento que corría por su pecho.
Tampoco pensaba tomarle cariño a un puñado de mafiosos, que hacían todo tipo de crímenes, pero allí estaba, rezando por encontrar una solución al problema que se avecinaba.
A su lado, una aturdida y silenciosa Jisoo, miraba por la ventana el paisaje que se movía a medida que avanzaban por la carretera.
Ninguna de las dos se atrevía a romper el férreo silencio que se había formado entre ambas. Sabían que la situación no sería sostenible por mucho tiempo.
No había un plan de escape. No había un plan B. No había nada más que decir la verdad. Era la única opción que pasaba por sus mentes. Confesarse con la verdad, y esperar el odio eterno que caería sobre ellas. Ninguna estaba preparada para el odio, ninguna esperaba recibirlo, pero era la única opción coherente después de que recibieran aquella cantidad de información.
¿Qué más se podía esperar?
Odio. Rechazo. Enojo.
Vas a odiarme.
Jisoo sólo imaginaba las posibles reacciones que tendría Jennie, y ninguna le agradaba. Todas iban a terminar de mala manera. Jennie acabaría odiando a Jisoo.
Tendría que aceptar cualquier cosa por parte de su alfa. No podía retroceder el tiempo, y hacer las cosas de mejor manera. Su inclusión a esa casa había sido totalmente forzada.
No era la única preocupación que tenía en su cabeza. El beso forzado que Nayeon le había dado, también comenzaba a molestarla. Se sentía muy fuera de sí, y tendría que darle una explicación de eso a Jennie. O al menos, era su pensamiento básico de toda esa situación.
Volver a casa, después de recibir la información de que su padre era un abusador, lo hacía todo un poco más fácil. Sabía la verdad del porque lo habían matado, y en ese momento, no sentía ni un sólo atisbo de rencor contra ellos. Por el contrario, agradecía a la persona que había decidido acabar con la vida de su padre.
¿Cómo podía cambiar de sentimientos en menos de veinticuatro horas?
Su padre, había abusado de su madre por algunos años. La golpeaba, la humillaba, y provocó que se marchase. Había abusado sexualmente de alguna omega, y seguramente lo encontraron, y lo mataron. Le trajeron parte de la justicia que merecía en ese caso. Un abusador, nunca dejará de ser un abusador.
La muerte, era el único camino para él.
El hecho de que tenía que exponer todo eso a su alfa, le ponía los pelos de punta. Ella no era la culpable de los actos cometidos por su padre, pero se sentía igual de mal, y siempre se sentiría mal. Era su descendencia. Tenía la sangre de un abusador.
—Jisoo...
Escuchó el llamado de Lisa, que se había detenido el vehículo a un lado de la carretera. Parecía estar sufriendo realmente con todo eso.
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INFILTRADA - JENSOO
RandomDonde Choi Jisoo se infiltra en una casa con la ayuda de una compañera de trabajo, y termina completamente perdiendo la cabeza por una alfa. O Donde Jennie Kim encuentra a una omega, la cual roba su corazón al instante, causando un sinfín de sentimi...