Capítulo 19

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Después de algunos días acompañando a Jennie, y estando cerca de ella, Jisoo volvió a quedarse en casa, coincidiendo con el regreso de Seulgi desde el hospital.

A pesar de la gravedad del asunto, seguía con su sonrisa contagiosa, y eso calmó varios de los nervios de la omega. Tendría que tomar reposo por varias semanas, lo que se traducía en muchísimo trabajo para Jennie, más del doble que ya tenía.

Eso le generaba una sensación incómoda. Despedirse de su alfa, cada vez estaba siendo más complejo, al punto, que deseaba ir hasta su trabajo, y quedarse junto a ella. Lo malo, es que por las mismas órdenes de Jong-In, nadie podía salir de casa.

El ambiente estaba tenso. Muchísimo más tenso de lo que Jisoo imaginaría. La seguridad parecía haberse triplicado, y encontraba a rostros nuevos en cada esquina de la casa. Eso la ponía un poco inquieta. Eran personas que no conocía. Podían ser enviados por Mina. Ese era el mayor miedo de Jisoo. Que alguno de los alfas o betas recién llegados, fueran enviados directamente por Mina, y tuvieran órdenes estrictas de hacerle daño a otro miembro de la familia. No quería caer en la paranoia, pero en su situación, nada podía ser una locura.

Jisoo no había podido abandonar las opciones que le presentó Lisa aquel día, y mientras avanzaba el momento de decidir, peor parecían las cosas.

Su destino era encontrarse con Jennie, pero formar una relación seria y formal con ella, en esos momentos, era algo terriblemente lejano. No porque no quisiera, sino, porque las condiciones no eran óptimas para tener una relación. La falta de honestidad en un vínculo arruinaba todo. Eso le daba pie a Jisoo para una última cosa por hacer. Confesar la verdad.

Confesar la verdad, debió ser su plan desde que empezó a crear sentimientos por Jennie, pero había sido cobarde, y esperó hasta el último momento. Estaba pagando las consecuencias de su irresponsabilidad.

—¿Ocupada?

Jisoo estaba tan pendiente de su taza de té, que había olvidado el mundo real. Frente a ella, tenía a Jihyo. Por primera vez, tenía frente a ella, a la madre de Jennie sin la presencia de nadie más. Sólo estaban ellas dos.

—N-no...

—Que bien. ¿Puedo sentarte a conversar contigo? No quiero quitarte mucho de tu tiempo.

—Sí...

La mujer le mostró una sonrisa amable, para sentarse a su izquierda con un aire de confianza que dejaba a Jisoo totalmente sorprendida. A pesar de ser una omega, su personalidad era avasalladora, y vibrante. Poseía una confianza digna de un alfa. Digna de alguien que trabaja en la mafia.

—Estos días han sido difíciles. ¿Cómo estás tú?

—B-bien... Un poco confundida, pero bien. ¿Usted está bien?

—Mejor. Tener a mi hija en casa siempre es mejor. Un poco preocupada por su terquedad, pero bueno, los alfas son así. No hay nada mejor que el hogar, dicen por allí.

—Su casa... Su casa es un lugar muy lindo.

La omega no mentía en lo absoluto. Esa casa, sólo le daba buenas sorpresas, y todas las barbaridades que creyó que podían pasar, no estaban allí. Sólo vivía una familia. Una gran familia, y bastante peculiar.

—Lo sé. Jennie siempre me dice lo mismo. Este lugar es mágico. Las personas de afuera creen que no hay cosas buenas aquí, pero se equivocan.

—Sí...

—No te voy a dar muchas vueltas. Creo que sabes de quién quiero hablar específicamente.

Las mejillas de Jisoo tomaron un color bastante intenso, y agachó al mirada, al escuchar la melodiosa risa de Jihyo. Ella dormía en la misma cama que su hija menor, era un poco vergonzoso.

INFILTRADA - JENSOO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora