Capítulo 18

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Cuando el reloj dio a las ocho en punto, Jennie y Jisoo ingresaron a la casa, pero el ambiente al que volvieron no estaba siendo lo suficientemente grato. Había alfas que se movían de lado a lado, y cuando menos lo pensaron, tenían a Jihyo frente a ellas.

Su expresión era de total preocupación, nerviosismo, pero sobre todo, pánico. Había pánico en la mujer.

—Mami, ¿Cómo ha ido tu día?

—Jennie...

La mujer se lanzó a los brazos de su hija, mientras se desbordaba en un llanto descontrolado. Automáticamente, Jennie rodeó a su madre con sus brazos, intentado reconfortarla.

—¿Qué pasa, mamá? ¿Por qué lloras?

—Tu hermana...

—¿Qué pasó con Seulgi?

Por la escalera de la casa, una destrozada Irene se mostraba, sin dejar de llorar. Llegó hasta el lugar, y entre lágrimas, se lanzó a los brazos de Jisoo.

La pelinegra la recibió con una preocupación muy grande en su pecho. No entendía lo que pasó con Seulgi, pero claramente era algo para preocuparse. Las personas no lloraban de la nada, y menos de esa manera.

—Irene, respira —pidió en un tono suave. Podía sentir que el aire dejaba de ingresar al cuerpo de la chica— Respira profundo y bota. Respira y bota.

—La golpearon...

—¿Quién? ¿Qué pasó?

Jennie esperaba por una respuesta por parte de Irene, pero las palabras no salían de su cuerpo. Buscó la mirada de su madre, y la encontró completamente rota y vacía.

—Hay personas que saben de nosotros. No sé cómo, ni por qué. Tu padre se está haciendo cargo de eso.

—¿Dónde está Seulgi?

—En el hospital. Le rompieron la pierna.

Jisoo cerró los ojos, ante aquel pensamiento tan gráfico de una escena. Sintió su cuerpo temblar, y apretó aún más a Irene contra ella. Tenía que reconfortarla.

Kim Jong-In hizo su aparición, y con un simple gesto, se comunicó con su hija, que asintió rápidamente.

—Iremos al hospital. No sabemos cuánto durará esta situación. Habla con Choi. Esto no se queda así.

Irene y Jihyo salieron junto a aquel hombre por la puerta, seguidos de varios alfas de perfectos trajes. Jennie estaba completamente en su mundo. No podía creer en los problemas que podían tener por lo sucedido con Seulgi.

Jisoo por su parte, se preguntaba muchas cosas que no tendrían una respuesta clara. Necesitaba saber lo que ocurrió exactamente con la hermana de su alfa. Barajaba muchas alternativas ante aquel suceso. La principal, sería una discusión con otra familia, que terminó en eso, pero no se sentía del todo convencida ante esa idea.

—Jennie...

—Hijos de puta. Nunca les hemos hecho nada.

—¿De quién hablas? ¿Sabes quién hizo esto?

—Detectives. Los malditos detectives. Necesito realizar muchas llamadas. Estaré en la oficina.

Si Jisoo estuviera en otra circunstancia, su hubiera lanzado a los brazos de Jennie, pero el pánico recorriendo su cuerpo, la paralizó completamente.

Detectives. Detectives habían atacado a Seulgi. Le habían destrozado la pierna. Sintió como la angustia comenzaba a extenderse por todo su cuerpo. No pensaba con claridad, y su estómago se revolvía con fuerza. Cuando creyó que el efecto no sería peor, sus piernas perdieron fuerza, y su cuerpo parecía caer, pero alguien la sostuvo en el aire, y la atrajo hacia ella. Comenzó a caminar escaleras arriba, y llegaron hasta el tercer piso. No supo en el momento que cruzaron la puerta, y fue cerrada con fuerza.

INFILTRADA - JENSOO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora