Capítulo 31

472 65 14
                                    

Por fin había regresado a casa.

Después de dos largas semanas en recuperación, logró volver al lugar del cual nunca debió salir.

No era lo único que la tenía feliz. Lo mejor de todo, en definitiva, era Jennie.

Regresó aquella alfa de sonrisa amable, voz suave, y una increíble timidez. Volvieron al inicio de toda su relación.

Jennie actuaba cautelosa, estando extremadamente pendiente de ella, siendo atenta, cariñosa, y un amor de persona. Tal cual lo recordaba. Jisoo, por su lado, no sabía cómo volver a responder a esos gestos por parte de Jennie. Los amaba, pero su mente por esos días estaba en otro lugar.

Tenían muchos problemas. Realmente, tenían muchos problemas.

Rosé había logrado encontrar una cantidad absurda de información sobre Ji-hu y su padre. Ambos, habían entrado en la lista negra de Jisoo. No confiaba en ellos para nada.

No cuando movían dinero a cuentas fantasmas, tenían reuniones extremadamente sospechosas, y le seguían el paso constantemente a Jennie en todo lo que hacía.

Estaban siguiendo a Jennie, como si de una enemiga se tratara.

Volver a casa, significaba tener un acceso mucho más directo a la información necesaria para encontrar cual era el real problema, y también, significaba compartir el espacio que tanto extraña.

Tras cruzar el umbral de la puerta de esa habitación, la sonrisa en su rostro fue totalmente automática. El lugar estaba completamente igual a lo que recordaba. No había ningún tipo de diferencia.

Volver a caminar, y a realizar sus actividades con una aparente normalidad, la dejó agotada completamente.

-Se siente bien volver a casa, ¿No crees?

Rose la había acompañado durante todo el trayecto de la clínica, hasta casa. Rosé, y un escuadrón completo de alfas.

Sabía que las cosas se encontraban complicadas con la familia, pero aún no comprendía porque tanto alboroto. Debía asumir que todo se le atribuía a Jennie, y su falta aquel día.

"Tengo que cerrar un contrato demasiado importante. Es una familia que desea cocaína. Muchísima. Mandaré a las mejores personas contigo."

-Creí que no volvería a pisar esta habitación, por todo lo sucedido con Jennie.

-Nunca dejará de ser tu habitación.

Sonrió tímidamente ante las palabras de Rosé, y recorrió el lugar despacio. Pasó por todas las estancias posibles, hasta llegar al vestidor.

El aroma de Jennie se encontraba totalmente atrapado allí, y le sorprendió ver su ropa tal cual la había dejado. Parecía que nadie había movido una sola pieza de su lugar. Eso le agradaba.

No pudo evitar dejarse llevar por sus impulsos, y tomar una de las tantas camisas, para olfatearla, y volver a sonreír para sí misma.

Su alfa. Su preciada alfa se sentía tan cerca como si estuviera junto a ella. El frío que tanto le había afectado durante dos largos meses, desapareció, para darle entrada a esa sensación de calor abrazadora. Ese calor que sólo se sentía al estar junto a Jennie.

-¿Bien?

Se sorprendió, pero no soltó la prenda de sus manos. Que haya sido pillada por su alfa, mientras olfateaba su ropa, era un poco vergonzoso, pero después de tanta espera, realmente lo necesitaba. Nada se sentía suficiente.

Había conversado de eso con Rosé, y la beta suponía que era la falta de contacto físico con Jennie. No la había visitado tanto como le gustaría reconocer, por el contrario, pasaba muy poco tiempo en su estadía en el hospital.

INFILTRADA - JENSOO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora