No vuelvas a dejarme solo otra vez. [ 𝙈𝙪𝙯𝙖𝙣𝙟𝙞𝙧𝙤 ]

XXIII

- no te preocupes todo saldrá bien - hablo Shinobu, viendo al omega.

- gracias! - respondió Tanjiro.

Aunque hacía todo lo posible para poder hablar, ya que en todo este tiempo que había estado agradeciendo los regalos que sus amigos le daban, el podía sentir un fuerte dolor en su vientre, se sentía cansado, adolorido, se le dificultaba respirar, en fin, se sentía fatal.

Quería irse y despedirse de sus amigos, pero sintió su cuerpo pesado, no podía ni siquiera moverse, miraba hasta incluso todo borroso, que le estaba pasando? Esa era la pregunta que recorría en todos sus pensamientos.

Se sentía asustado.

Pero no pudo decir nada, solo sintió como alguien lo sujetaba, voces y gritos.

- qu~que me es~esta pasa~pasando - fueron las últimas palabras que Tanjiro logró decir, para luego desmayarse y no saber ni en dónde estaba.

Pov Tanjiro:

Desperté en un lugar algo extraño, era invierno o eso era lo que veía. Luego vi la hermosa nieve que se encontraba en todo el lugar, era totalmente blanca, también el gran sol que alumbrada el lugar, aunque la nieve siguiera callendo sin ningún problema y los grandes árboles que se encontraban en todo el alrededor cubiertos por la nieve. Todo era hermoso.

Por alguna extraña razón, estaba en el suelo, pero no sentía frío, todo era cálido, me sentía relajado, no sentía ningún malestar.

Pero.... Porque estaba aquí, ¿Mis bebés estarán bien!? ¿Aún sigo vivo? ¿Dónde estoy? ¿Porque estoy aquí?

Muy preocupado lleve mis manos hasta mi estómago toque con cuidado todo el alrededor, pero no, ¡No estaban! ¡Perdí a mis bebés! Perdí lo que tanto amaba.

Me levante con dificultad del suelo, para luego ver un camino hermoso de flores rojas, cada flor estaba colocada en las esquinas, adornando todo el camino, algo que me llamaba demasiado la atención, sentía la necesidad de ir en ese camino. Algo en mi interior me decía que debía seguir el camino, hasta el final. Pero por otro lado, solo quería irme y despertar.

- creó que ya estoy muerto - dije, algo triste, sabía que había muerto sin dar a luz a mis bebés. - que triste, deje todo.

Sin decir nada más, comencé a llorar, callendo de rodillas, podía sentir las lágrimas que caían por mis mejillas, me dolía el corazón, tuve que haber sido fuerte, ¿Porque no di todo de mi? Me reclamaba a mí mismo.

Quedé en el suelo llorando, pensando en que perdí todo lo que amaba en un solo momento. Aunque la vida es así. Aún seguía pensando en como hubiera sido si yo aún siguiera vivo, ni siquiera logré decirle a Muzan por última vez un te amo. Que cruel. Estaba hundido en mis pensamientos, tal vez fue por eso que no me di cuenta, cuando unas pequeñas manos tocaron mi rostro.