La discoteca, con el aforo por encima del límite permitido, comienza a impacientarse. Martin pide calma, está convencido de que en pocos segundos las luces y la música volverán. Sin embargo, las únicas luces que aparecen son las de las linternas de los móviles. Martin asistió con el dueño anterior a varios simulacros de desalojo del local por emergencia. Se convence así mismo de que está preparado para llevarlo a cabo si fuera preciso. Cierra los ojos para intentar hacerse una idea de la distancia hasta la salida de emergencia más cercana cuando una fuerte explosión seguida de una bofetada de calor le impacta. Abre los ojos de golpe y aún puede ver una bola de fuego elevarse quemando todo a su paso.
Una decena de personas inician su carrera alejándose del fuego. Se llevan por delante a los que se han quedado en shock. A los pies de Martin caen al suelo varias chicas que ayuda a levantarse. Tienen que salir de allí, el fuego se está expandiendo a gran velocidad. Mira hacia la puerta principal y está colapsada. No pueden ir hacia allí o quedarán todos atrapados. Pide a los más cercanos que le sigan. Tiene que repetirlo varias veces porque su voz queda atenuada entre los gritos de la gente y el crepitar del fuego. Los conduce hasta una puerta mucho más pequeña, aunque ligeramente más alejada a la principal.
Una segunda detonación. Esta vez en la otra punta del local. Y una segunda onda de calor y humo. Se tapa la nariz con el codo. Cuando recibe un empujón que está a punto de tirarlo al suelo. Aún se está tambaleando cuando otro más se le cruza saliendo de la nada. No puede hacer nada para evitar impactar contra él. Ambos caen al suelo, uno encima del otro. Martin quita las piernas para liberar al hombre y se pone de pie. Le ofrece la mano. Una cara desencajada le amenaza con la mirada y sin decir nada se vuelve para irse. Martin intenta que vaya con él, pero no le escucha y continua su carrera.
Al llegar por fin hasta la puerta, se encuentra con quince o veinte personas forcejeando con ella. Una le grita que no pueden abrirla. Se hace paso entre ellos. Consciente de que esa puerta se atasca desde que trabaja allí y nadie la ha arreglado. Martin considera que es la persona más torpe del mundo. Por lo que antes de intentarlo, respira un instante. El truco consiste en empujar una barra de metal, y después tirar hacia él de los ejes hasta oír un clic y por último con todas sus fuerzas empujar.
—Ahora —les grita para que le ayuden.
La puerta se abre de golpe y todos los que le han ayudado caen sobre una explanada de piedras. El humo sale tras ellos y después las personas que le acompañaban. Martin vuelve a asomarse al interior, la visión parece el fin del mundo. Va llamando a la gente que ve, para que salgan. Hasta que escucha un crujido procedente de arriba. Mira al techo, completamente cubierto de llamas. Está a punto de caerse y las dos puertas principales siguen atascadas por la gente. Decidido ayudar, se agarra al marco de la puerta para entrar. Al instante, se abrasa la mano y duda unos segundos. Justo los necesarios para evitar la tragedia. El techo cae justo en el lugar en el que él hubiera estado si no se hubiera quemado.
Unos brazos le apartan de la puerta y Martin le grita:
—Suéltame, tengo que ayudarles.
Martin se gira para ver quién es y descubre que es un bombero.
—Dejádnoslo a nosotros. ¿Estás bien?
—Sí. —El esfuerzo de hablar le hace toser.
Martin no puede ver la pinta que lleva. La adrenalina le impide ser consciente de que tiene: el pantalón roto a la altura de la rodilla y, a través del agujero, se aprecia un hilito de sangre y una de las manos en carne viva por haberse quemado con la puerta.—Tiene que examinarte un médico. —El bombero mira alrededor y le pide a unos de los chicos que aún permanece allí—: ¿Puedes acompañarlo a la ambulancia?
Con la nave del olvido reducida a cenizas. Martin se verá obligado a reinventarse de nuevo. ¿Qué camino tomará Martin? ¿Será su faceta de bailarín o la de cantante o la de actor? ¿O quizá vuelva a casa? Te imaginas que vuelve a casa y se acaba la historia, jajaja.
¡Ah!, otra cosa. ¿A ver si adivináis quién le atiende? ¿Es fácil, no?
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La Nave del Olvido
RomantikJuanjo busca un equilibrio entre su vida social y su relación con Martin. Su novio reclama su atención constantemente. Juanjo está absorto en una partida de Catán con sus amigos cuando Martin necesita desesperadamente su ayuda. Las tensiones acumul...