La Nave del Olvido

45. Miénteme (Parte 2)

—¿Dime que no es verdad? —Juanjo se pone de pie, para gritarle al ordenador—. Por favor, dime que esa bruja, no solo ha pretendido hundir a Martin en el concurso, sino que, además, no ha estado a punto de matarle. Miénteme si hace falta.

—Juanjo, tranquilízate —le pide Omar—. Ninguna de las dos cosas las ha conseguido-

—Métete en Twitter y dime que está pasando.

Omar coge el móvil, mientras que Juanjo mira la carita que se le ha quedado a Martin. Acto seguido la cámara enfoca a la puerta de la academia y se silencian los micros.

Martin no puede respirar, su corazón se acelera y su cabeza vuelve al momento del incendio. Sus oídos escuchan los gritos y su nariz huele el humo. Se hace una pelotita y empieza a tiritar.

—Martin respira despacio. Ya no está aquí. Tranquilo —le dice Noe, lentamente.

—¿Cómo ha podido hacer una cosa así? Toda esa pobre gente que murió porque ella fue despedida. La jefa era lo peor, podía haberlo quemado cuando no hubiera nadie dentro, pero eligió el día que más gente había.

—Martin, vamos fuera y damos un paseo, te vendrá bien.

La cámara vuelve a la sala de ensayo, pero Martin ya no está allí. Solo Abril que explica que Martin está fuera de la academia, despejándose. La profesora reparte los textos para esa semana, aunque les dice que realizan cambios para reajustarlos a los concursantes que quedan dentro. En lugar de haber tres parejas, habrá un trío y una pareja. La grupal quedará como tal y luego habrá cinco monólogos.

Juanjo quita el sonido y Omar le cuenta el hate que le está cayendo a Suzete, sin embargo, se niega a leerle los comentarios y que la mayoría de los mensajes para Martin son de preocupación y de ánimos.

El móvil de Juanjo suena y en la pantalla aparece un número desconocido. No está para llamadas ahora y la corta. Pero la persona insiste y llama de nuevo. Juanjo está a punto de realizar la misma acción cuando Omar le arrebata el teléfono de las manos.

—Sí.

—¿Quién eres? —responde Martin.

—Soy Omar, no cuelgues. —Se apresura a decir—. ¿Martin sigues ahí?

—Sí, ¿estás con Juanjo?

—Soy yo. Omar ha venido a ver como estaba y me ha quedado. ¿Estás bien?

—No, Noe me ha sacado de la academia para dar una vuelta y le he pedido que me dejará llamarte.

—Lo sé, estaba en el directo. Gracias por llamarme, estaba histérico. Sé que esto te ha tenido que remover por dentro todo lo que pasó. Ojalá pudiera estar contigo y darte un abrazo.

—Sé que no puedes, pero solo necesitaba oír tu voz. Aunque no estaba seguro de si me ibas a coger el teléfono, después de lo que dije el otro día.

—¿Por qué no iba a querer? ¿No te dieron mi carta?

—Sí, pero yo... no escuchaste mis palabras cuando salí del baño.

—No, solo te vimos llegar y desapareciste del directo.

—Vale, pues mejor, fui un idiota. Sé que solo quisiste ayudarme.

—Martin, si no fueras bueno, no te habrían cogido. Yo solo le di el teléfono de tu agente a Violeta porque me dijo que seguían buscando gente.

—Gracias, agaporni. Tengo que cortar, ya estoy en la puerta de la academia.

—Espera, Martin te espero fuera y hablamos.

—Habla con mi hermana y ven a la fiesta por favor.

—Claro agaporni.

Verlos juntitos hoy en Madrid, me han inspirado a jugarlos también en la historia, aunque sea telefónicamente.

Espero que os haya gustado y nos vemos mañana con la última semana de concurso.