Capítulo 3

1.7K 168 21
                                    

Una sonrisa se forma en mis labios inevitablemente, al ver a Jungkook parado en la salida del instituto. Luce tan guapísimo como siempre, pero está incómodo y sé el porqué. Las miradas encima lo tienen inseguro.

— Nari, me tengo que ir.— le aviso a mi mejor amiga, quien está concentrada en discutir con su novio por llamada. Aún no sabía por qué seguía con ese hombre, le hacía daño y la hacía sentir insuficiente. Traté de ayudarla a salir de esa relación, pero se negaba a dejarlo.

— Está bien bonita, ve con cuidado.— tiene la mirada clavada en la pantalla y aunque sonríe sé que no se siente bien. ¿Dónde estaba mi mejor amiga loca y alegre?, no quedaba casi nada de esa mejor amiga y todo por esa relación tóxica.— Recuerda que en la noche tenemos reunión.

— Lo sé, lo sé.— asiento. La rodeo con mis brazos, beso su mejilla y ella corresponde aferrándose a mí con necesidad, sabía lo mal que estaba, pero era su decisión el seguir ahí.— te espero, pediré pizza y haré que Jeon pida cerveza.

— Bien, ya vete antes de que el pobre huya.

Terminó por dejar a mi mejor amiga, quien escribe de forma apresurada en su teléfono. Me alejo de ella y cuando volteo a darle un último vistazo la veo más seria de lo normal. Olvido todo cuando unos brazos me rodean, jeon luce como un cachorrito asustadizo.

Algo había pasado.

Estaba clarísimo, pero no lo llené de preguntas. No era el lugar ni el momento indicado. Correspondo al abrazo y no puedo evitar hundir mi rostro contra su pecho, sintiendo al instante ese perfume que no era costoso pero olía delicioso. Tan varonil, tan él.

— Hola, corazón.— habla al notar mi silencio y sonrió. La forma en la que me llamaba me gustaba muchísimo y terminaba incrementando mis ilusiones.— Pensé que no te encontraría.

— Me quedé planeando con Nari, hoy tenemos una reunión nocturna.— me alejo de su pecho y lo miro con complicidad.— Debes ayudarme a comprar bebidas.

— Ni de broma.— niega al instante.— Ji-eun me matará, sabes que odia beber y odia aún más verte beber. Evitemos problemas, jugo de naranja o leche de banana es lo único que puedo comprarte.

— Aguafiestas.— me crucé de brazos y él mira a mi alrededor, me besa la mejilla de imprevisto y une su mano con la mía.

— Tú ganas corazón, pero vámonos ya. Me pone nervioso las miradas de estas chicas.— y sé a lo que se refiere, se lo están comiendo con la mirada.— Tan hormonales, ¿acaso no ven que soy muy mayor?

— eso les atrae…— contesté comenzando a caminar con él, lo más probable sería que llegáramos a casa caminando.— Los chicos mayores lucen más expertos y maduros, eso es lo que las atrae.

— ¿Y qué te atrae a ti, corazón?— mueve nuestras manos entrelazadas y parece muy cómodo con aquello.

— No estoy segura, nunca me he detenido a pensar eso. Nunca he idealizado lo que me gustaría de un chico.

¿Cómo podía idealizarlo?, si él era todo lo contrario a lo que buscaba en un chico.

— Hazlo así, será difícil que un gilipollas te impresione con cosas simples.— ¿Cómo le decía que ya había un gilipollas que me traía loca con cosas simples?, me dolía el pecho y la cabeza de tanto pensar.

— Ujum…

— ¿Quiere comer un helado?— nota mi repentino cambio de humor y propone algo a lo cual no me negaría así estuviera muriendo.— puedo comprarte el que quieras.

— De acuerdo, vamos por unos helados, pero luego compraremos las cosas.

— Bien, corazón. Muévete.

Dejamos las bolsas sobre la encimera, ambos estamos sudados y agotados

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Dejamos las bolsas sobre la encimera, ambos estamos sudados y agotados. Jungkook había terminado peleando con un señor mayor por unas botellas de soju, las últimas que quedaban él la tienda.

— ¿Por qué hace tanta calor?— pregunta fastidiado, se quita la camiseta frente a mí y decido voltear mientras sacaba mi celular. No planeaba mirarlo, no quería ser tan evidente.— Tomaré un baño, no quiero causar mala impresión.

— Jungkook, voy aclarando que tiene novio.— sé por dónde va y siento celos.— mantente alejado.

— corazón, no me voy a meter con tu mejor amiga. No sería capaz, es menor de edad, ni de broma, me arriesgo.— volteó a verlo y doy una mirada rápida a su torso desnudo, su pecho que está libre vello corporal al igual que el abdomen, seis cuadritos bien marcados, los pectorales de igual manera… Joder.— si quieres te paso mi perfil del OnlyFans.

— No seas asqueroso.— hago un gesto de disgusto como si no hubiese estado babeando minutos atrás.— Me alegro de que mi mejor amiga esté segura de tus manotas.

— Estás manotas hacen magia, corazón.— muestra ambas, venosas y con dedos largos. ¿Cuántos usaría en mí?, ¿sería piadoso o me jodería a su gusto?— nadie se ha quejado.

— Un dato innecesario. Deberías hacer que esas manotas se muevan para cocinar, no para explorar el cuerpo femenino.— saco en cara lo malo que es para cocinar y sonríe con burla.

— Aprenderé y comerás cada uno de mis intentos.

— No quiero estar en el hospital por una intoxicación, jeon. Dáselas a tus amiguitas.— contestó sobándome la panza mientras hago un gesto de terror.— todo lo que viene de ti les encanta, estarán gustosas de recibir.

— No lo creo, pero lo intentaré.— lo dice con desinterés y sé que no lo hará por qué sus compañeras sexuales terminarían huyendo espantadas.— tomaré un baño, bajaré luego.

— De acuerdo, recuerda lo de Nari, las manotas lejos.— advierto en un tono serio e intento verme intimidante, pero es un intento fallido.

— Ya lo dije, pequeña, celosa… me mantendré lejos de ella.— la palabra “celosa” me hace fruncir el entrecejo y darle una mirada de odio.

— ¿Pequeña, celosa?

— hasta aquí se notan tus celos, señorita kang.— entreabrí los labios con intención de defenderme, pero el nerviosismo me hace cerrar la boca y no defenderme.— Tranquila, que tu hombre no se va con nadie más.

— No eres mi hombre y eso de no irte con nadie más no te lo crees ni tú, maldito casanova.— digo entre dientes, ligeramente molesta por las falsas ilusiones.— ya vete a bañar antes de que te haga ordenar lo comprado.

— Está bien chihuahua rabioso, me voy.

Y desaparece triunfante al esquivar la pantufla que le he tirado por llamarme así. ¿Chihuahua rabioso?, ¿de dónde sacaba esos apodos tan jodidos?, cualquier día lo mataría… O me lo follaría.

 ¿Chihuahua rabioso?, ¿de dónde sacaba esos apodos tan jodidos?, cualquier día lo mataría… O me lo follaría

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐇𝐀𝐏𝐏𝐈𝐄𝐑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora