𝐇𝐀𝐏𝐏𝐈𝐄𝐑

Capítulo 26

Jungkook.

Quiero contestar, pero estoy más concentrado tratando de arreglarle el labial corrido, odiaba ver aquel desastre y no haber sido el causante. Tenía que aprender a controlar los celos, por qué dejarme llevar por ellos solo traían consecuencias de las que luego me arrepentiría.

— ¿Y lo has conseguido? ¿Te ha dado lo que no puedo darte?, por qué un simple beso no es lo que quiero darte Honey.

Y estoy de boca suelta.

Sonríe y a pesar de estar borracha sé que mañana recordará cada una de mis palabras, se burlaría de mí lo apostaba.

— ¿Simple beso? ¿A caso no has visto que me quería…?

Vuelvo a besarla…

Y es riesgoso, por qué al saborear mejor sus labios con un ligero sabor a licor, se convierten en lo mejor del puto mundo, no quería soltarla y ella parecía compartir la necesidad.

Sus brazos rodean mi cuello y tomo su cintura apegándola a mí. Disfruto el sabor adictivo de sus esponjosos labios y retengo un gruñido de satisfacción cuando es ella la que toma el control. Su lengua se encuentra con la mía y se está yendo de las manos.

Aléjate Jungkook…

Mi conciencia trata de hacerme entrar en razón, pero creo que quiero perderme en ella un poco más. Tenía retenida las ganas de besarla, de demostrarle lo mucho que la necesitaba y la gran tortura que era tenerla lejos de mí.

Gime cuando atrapó su labio inferior suavemente, tiro de él y tengo que poner un alto a la situación o terminaría mandando todo a la mierda.

— ¿Qué crees que haces?— ji-yoon frunce el entrecejo y aun sin soltarla observo su rostro arrugado por el enfado.— vuelve a comerme la boca, no he dicho que pares.

¿Honey?

Vuelve a rozar sus labios contra los míos y sonríe divertida al verme tener una lucha interna contra mis instintos. Mi conciencia me amenazaba con un “no caigas, es peligrosa” pero en ese momento estaba como pinocho, ignorando completamente la voz de la sabiduría.

— Te debo unos besitos, ¿No?

El alcohol le afectaba tanto o solo estaba conociendo una faceta escondida de la adorable Honey.

— Me los debes pero…

¡Mierda!

Sus dedos se entierran en los cabellos de mi nuca, me apega más a ella y sonríe cuando correspondo el beso. Todo es tan complicado, no debería estar besándola, no debería romper las barreras que había puesto yo mismo, pero ji-yoon se había vuelto mi perdición.

— Honey, espera…— murmuro y picotea mis labios robándome una sonrisita inconscientemente. Me mira a los ojos y mierda, es tan preciosa… Muy preciosa.— debemos parar, estás ebria Honey.

— ¿Y? ¿Que tiene estar ebria?— está fastidiada por qué la he separado un poco, volviendo a poner límites aunque a estas alturas es tan absurdo.

— siento que me aprovecho de ti.— confieso y ríe divertida.— Estamos tirando años de amistad, Honey.

— Ahí estás nuevamente volviendo al tema…— resopla y trata de retroceder, pero parece no tener buen equilibrio este momento. Ajusto el agarre en la cintura y evito dejarla caer.— Eres un imbécil.

— ¿En serio soy un imbécil?, lo hago por ti… Y por mí. Sabes que no tengo muy buena fama y mis problemas son demasiados grandes.

Me siento tan avergonzado por quién soy ahora, no me enorgullecía, pero digamos que el mudarme era como un nuevo comienzo donde trataba de hacer las cosas bien.