Kang ji-yoon comienza a descubrir que no veía como un hermano mayor, al mejor amigo de su hermana, todo era muy diferente. Ella lo veía como un hombre, uno muy caliente y aunque le costara admitirlo...
Estaba completamente enamorada de Jeon Jungkook...
Cómo lo pedí, estaba frente a casa y el recostado en su auto esperando a que entrara. Se supone que estaba molesta con él, pero era tan débil al verlo ahí mirándome como si fuera su única luz en un jodido túnel de tragedias.
— Te estaré llamando seguido como acordamos, estudia mucho y aliméntate…
Se detiene abruptamente al sentir mis brazos rodear su cintura y mi mentón descansar en su hombro derecho. No tarda en reaccionar y corresponde el abrazo dejando pequeños besos en mi cabeza.
Cierro los ojos y no entiendo por qué es tan complicado para él aceptar sus sentimientos. No entendía por qué dudaba tanto en aceptar lo que ambos sentimos, pero está bien, era lo suficiente masoquista para esperarlo.
— Te extraño…— susurro y puedo notar perfectamente como se le pone la piel de gallina al sentir mi respiración contra su cuello.— te extraño demasiado, kook.
Se mantiene en silencio mientras sus manos acarician mi espalda baja, sus besos se detienen y me atrevo a mirarlo.
— tampoco ha sido fácil para mí, pero podemos sobrevivir… Recién han pasado dos días y medio para ser específico.— deposita un último beso en mi frente y estoy insatisfecha.— Te llamaré como lo he estado haciendo durante estos días.
— ¿Tendrás tiempo para hacerlo?, Ese proyecto parece ocupar mucho tiempo…
— Siempre hay tiempo para ti, Honey.
Se queda en silencio, sus manos suben a mis mejillas, aprieta ambas y logra qué mis labios se abultarán. Los observa por un momento y luego me mira a los ojos como si necesitará mi aprobación.
Asiento dando permiso.
Se inclina y besa tímidamente mis abultados labios, muy diferente a los besos de la fiesta donde fueron deseo puro. Ahora demostraba cariño en el pequeño roce
Roza su nariz con la mía y de forma sincronizada sonreímos, demostrando lo cómodos que estábamos con el íntimo momento.
Estamos muy mal.
Demasiado mal.
— Entra, mañana hay instituto.— me suelta lentamente y aunque quiero llevar a algo más ese roce, es suficiente por ahora.
— Ve con cuidado, te quiero.
— yo… También te quiero, Honey.
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El receso había comenzado hace tan solo minutos, pero como pasaba frecuentemente estaba sentada en el escritorio del profesor Kim.
Estaba tan concentrado revisando mi examen y suspiraba en cada respuesta. Termina de revisarlo en pocos minutos y me lo entrega con seriedad, le doy un vistazo y tengo esperanza al ver que estoy mejorando.
— No es la peor nota, pero debes estudiar más… No es suficiente.— asiento conforme con sus palabras y lo miro con una pequeña sonrisa.— Escuché entre tus compañeras hablar de ti, corazón…
