Capítulo 28

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— Me sorprende verte frente a la estufa, creo que tendré el número de los bomberos preparado.— Ji-eun aparece en la pantalla de mi móvil, sentada en su cama como un indio y revelando sus bragas al llevar un simple vestido.

— Nada de eso, solo estoy preparando pasta roja. Estaba viendo videos y me apareció la receta.— contesto centrando la mirada en la salsa, la cual comenzaba a tener un color rojizo más llamativo.— ¿Cómo estás?, ¿Todo bien?

— Todo está bien, algo cansada con lo del trabajo y el estudio, pero lo puedo soportar un poco más.— sonrío al escucharla animada, a pesar de conocerla bien, trata de ocultar lo fatal que es.— ¿Cómo te sientes con la mudanza?, Ji-yoon lo puso difícil ¿No?

Ji-eun conocía muy bien a ji-yoon, pero no le daba la razón en ponerlo difícil. Solo temía a abandonarla como el resto, pero no pasaría. Se lo había prometido y lo cumpliría.

— La mudanza me sienta bien.— miento tomando un paquete de pasta cruda, abro con los dientes el empaque y dejo caer la pasta en la olla de agua hirviendo. No era bueno cocinando, pero debía aprender.— El departamento es grande, estoy seguro de que con un buen trabajo y las peleas podré amueblarlo.

— No has hablado de ji-yoon.

— Reaccionó como cualquier otra persona, Ji-eun. Se enojó y luego lo entendió.— explico breve y sin darme cuenta he sonado brusco.

— Solo estoy preguntando, calma.

— Lo siento, es el estrés del proyecto de la universidad... Me pone de malhumor.— vuelvo a mentir y la escucho suspirar.— ¿Cuándo te darás una escapada?

— Estoy pensando ir para el cumpleaños de mi madre... Hablando de ella, estará en unas semanas por Seúl.

— ¿Ji-yoon lo sabe?

— Sí, lo sabe.

Cubro la olla y muevo la salsa con un cucharón. Me quedo en silencio y Ji-eun copia la acción, ya no sabía que más decirle, me sentía incómodo y culpable.

— Me gusta ji-yoon.

No reconozco mi propia voz y tardo en reconocer mi confesión. Su silencio me hace saber que lo está procesando o quizás la señal ha interferido y no ha escuchado esa parte.

— Eso se sabe...— la suavidad de su voz me hace dirigir la mirada a la pantalla, acomoda un mechón de cabello detrás de su oreja y sonríe débilmente.— Te gusta, pero la vas a lastimar.

— ¿Crees que no lo sé?

— Lo sabes y haces lo posible por alejarla de ti, pero estoy segura de que hay veces en los que cedes. Estás confundido y ji-yoon solo está ilusionada. No es lo suficiente madura para saber amar.

— ¿Y tú sí?

No mido mi molestia y la doy a conocer respondiendo de esa forma tan a la defensiva. Odiaba que me recordara lo mucho que podría lastimar a su hermana.

— La quieres por el parecido que tiene con Minha, Jungkook.— el nombre femenino me tensa al instante y su forma tosca de soltar tal patraña me pone aún peor.— La quieres por qué es exactamente como Minha, adorable, temperamental, celosa, pero ella tiene muchas más cosas distintas a Minha. Ella es buena de corazón.

— ¿Con qué derecho la mencionas?

— ¿Te duele que diga la verdad?— ataca con otra pregunta y sonrío sin gracia. Apago la estufa y centro mi mirada en la rubia.

— Minha y ji-yoon son distintas. Minha fue una perdida de tiempo, ji-yoon es tan importante como para cuidarla de mí mismo.— contesto y acaricia sus muslos desnudos sin darle mucha importancia a mis palabras.— Ji-yoon es valiosa, Minha no es nada.

𝐇𝐀𝐏𝐏𝐈𝐄𝐑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora