Capítulo 5

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Arrodillada entre sus piernas, nerviosa de que alguien nos pillara rompiendo el reglamento del instituto, tendría serios problemas, pero el morbo podía mucho más que el deseo de negarme.

— Adelante señorita Kang, se una buena puta.— el profesor Kim siempre tan dulce y cariñoso -Que se note el sarcasmo en cada palabra-, me incentiva a hacerle una mamada en plena aula de clases, estaba sobrepasando los límites, pero era la única opción de descargar el estrés.— ¿Esperas invitación, corazón?

— No necesito invitación para mamársela profesor Kim, ¿Podría por favor evitar el mote?—mis manos acarician sus piernas trabajadas ascendiendo hasta llegar a los botones apretados del pantalón formal, acariciando su pronunciada erección en el proceso.

Jeon Jungkook, llega a mi mente por la forma en como me ha llamado el profesor y trague saliva notando mi coño expulsar aún más fluidos. Desabrocho los botones y bajo la cremallera mientras recibo caricias en el cabello como compensación por ser tan obediente.

— No sabes lo que me prende, verte en esa falda, Kang… Tan sexi y a la vez tan tierna.— no puedo evitar sentirme la mujer más deseada a pesar de mi corta edad. Bajo el elástico del bóxer logrando qué quede en sus tobillos junto al pantalón y su polla venosa queda a la vista.

— Oh profesor, ¿Tan rápido se ha empalmado?— inquiero con una pequeña sonrisa traviesa y sujeto su erección entre mis manos.— Qué gracioso.

Sujeta mi cabello en una coleta improvisada y tira de esta, mi rostro se eleva y sus ojos conectan con los míos. Mi mano derecha realiza un sube-baja mojándose con el líquido transparente pre-seminal. La boca se me hace agua y no precisamente por él, era por pensar en chupársela a Jeon.

El profesor Kim, era el profesor más joven dentro del grupo de docentes, suplantaba al antiguo profesor de historia y tan rápido como había llegado se había encantado por la forma en la que me quedaba el uniforme. Pero no lograba compararse con Jeon quien a pesar de ser menor que Kim, lograba excitarme sin siquiera tocarme.

— Así me pones, cora…

— Una puta vez más que use el mote, no me importará dejarlo así de duro.— advierto y frotó el pulgar contra el glande, logrando qué maldijera por lo bajo.

— Lo que digas, tú tienes el control.

Gustosa de sus palabras, continuo con mi trabajo. Kim trataba de ser dominante, pero no le salía tan bien cuando se trataba de mí.

No me dejaría dominar por él.

Hacía gran esfuerzo en mantenerme de pie, pero sentía que en cualquier caería ante lo temblorosas que estaban mis piernas

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Hacía gran esfuerzo en mantenerme de pie, pero sentía que en cualquier caería ante lo temblorosas que estaban mis piernas.

Maldito Kim.

Agh, ese profesor había terminado hace tan solo minutos lo que había quedado pendiente ante la culminación del receso. Nari, mi gran mejor amiga, estaba aguantando reír y soltar cualquier vulgaridad.

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