¿Suegros?

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[Aclaración: Fer es el hermano de Pedri y Fernando el padre. Para que no se confundan]


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Roma y Pablo ingresaron al baño que se encontraba abajo, el menor se encontraba sentado en el retrete que tenía la tapa cerrada y la mayor buscaba en su bolso los productos necesarios para ocultar las marcas que poseía Gavira. 

—¿Así qué ya disteis el paso? —preguntó la joven girando para mirar al castaño.

—Algo así —musitó con las mejillas coloradas.

— ¿No te obligo a nada verdad? —cuestiono tomando de la mandíbula al menor para tener mejor acceso a su cuello.

— Nop.

—¿Seguro? Porque sabes que soy capaz de cortarle los cojones y me importa poco que sea mi cuñado  —comentó divertida hidratando con crema la piel del menor. 

— Lo sé —rió levemente.

— Vale no te muevas —solicitó a lo que el menor acato la orden —Joder parece como si fuera que Pedri te comió enterito.

— Y eso que no viste mis pezones o el resto de mi cuerpo —musitó.

— No quiero saber —negó divertida.

Lo primero que hizo fue  poner una muy delgada capa de base roja sobre el chupetón y comenzó a difuminarla bien, usando su dedo anular a ligeros golpecitos.

—¿Nervioso por conocer a los suegros? 

— Nervios lo que se llaman nervios no la verdad —frunció el ceñó — Más bien tengo miedo.

— ¿Por?

— Ya sabes no quiero que...nos rechacen...eso mataría a Pedri.

 — Pero Rosy y Fernando son un amor a diferencia de tus padres. Como odio a tu padre —bufó ejerciendo más fuerza de lo normal en la piel del menor causando que este soltará un sonidito de dolor — Lo siento, terremoto —acarició su rostro en forma de disculpa.

— No importa —murmuro mirando la cara de concentración de la joven.

—Sabes —se giro para dejar la base roja sobre el lavamanos — No tengas miedo, estoy segura de que os van a aceptar. 

—¿Tu crees? —inquirió mirando a la joven que volvió a acercarse a él asintiendo pero algo lo alarmo y fue que de repente el rosto de la misma palideció un poco —¿Te encuentras bien?

Sacudió la cabeza levemente y le sonrió sin mostrar los dientes — Si tranquilo, solo fue un mareo, no importa. Anda ya estira el cuello y calladito así terminó pronto.

 Seguido, sobre esa capa roja colocó una capa de maquillaje del tono de piel del menor —agradeciendo tener casi el mismo tono de piel que él—cuidaba que no sea demasiado y termine viéndose como un gran parche falso, difuminó para que se mezcle con la base roja y se vea natural. Finalmente realizo el mismo proceso a lo largo del cuello del menor.

De Canarias A Sevilla {Gadri}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora