Chéri

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Pedri suspiro apretando el volante con frustración, era la segunda vez que llevaba a Gavi al entrenamiento pero no lo podía traer de vuelta, no lo mal entiendan era por una buena razón. Era su segunda cita con la doctora Alana, la psiquiatra que Fer le había recomendado, sus citas eran en su consultorio que no estaba tan lejos del lugar donde entrenaba por el momento habían hecho ejercicios para que el canario se sintiera cómodo, aún no habían tocado en profundidad sobre su trastorno. La doctora le había pedido tanto el número de Fer como el de Xavi para mantenerlos al tanto sobre su evolución. Algo que sin duda le dio confianza con aquella doctora fue el hecho de que no se veía de no más de 25 años, era muy amable y sobre todo sentía que no lo juzgaba pero de eso se trataba su trabajo después de todo, le daba la seguridad de ser Pedro el chaval canario de 20 años tímido y risueño, no era Pedri el jugador estrella del Barcelona FC.

Se estaba quitando el cinturón de seguridad cuando su móvil vibra en el bolsillo de su pantalón, lo coge y una sonrisa tonta se le atraviesa en el rostro al ver quién llamaba.

 Gavito😾💞

Día porque bueno estás tú —el canario por poco y se atraganta con su saliva al oír al menor — Espera...tengo uno mejor. Para que te pregunto como estas si ya sé que estás guapísimo  —las risas del menor lo hicieron sonreír.

— ¿Ferran te enseñó a decir eso no?

Me dijo que te iba a molar  —lo conocía tan bien que sabía que ahora estaba haciendo un puchero.

<<Nota mental no dejar a Pablo con Ferran>>

Era mejor que decir hola.

 — Pablo.

¿Dime?

— Hola, mi vida —lo saludó como es debido. 

Aún se me hace raro que me digas así —señalo el menor soltando una risita — Pero me gusta mucho que me digas así. Debería ponerte un mote cursi ¿Verdad?

Pedri se mordió el labio inferior, amaba que su chico fuera tan tierno.

¿Su chico? Pablo ni siquiera era su novio aún o al menos por el momento no lo era, pero seria interesante ¿No? Poder decir que Pablo era su novio. Después de todo sus ojos estaban enamorados de su sonrisa y sus oídos de su voz, era aquello que lo hacía no rendirse porque él debía ser fuerte por los dos. Físicamente su corazón estaba en su cuerpo pero el verdadero dueño era Pablo, le pertenecía con cada latido que daba.

¿Muñeco? ¿Conejito? ¿Osito? ¿Rey? ¿Caramelo? No esos suenan muy gay incluso para mi considerando que soy gay —afirmó la voz de Gavi sacándolo de sus pensamientos — Pepi...¿Me estás escuchando?

Pedri sacudió su cabeza alejando todos sus pensamientos — Lo lamento, cariño es que distraje.

<<¿Cariño?>> Vaya que Pablo lo tenía mal.

De Canarias A Sevilla {Gadri}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora