Cuando el amor es amor no se mira el color o el sabor...
El amor es amor, eso es lo que es.
A veces vemos cosas que son y cosas que no son.
Pero el amor es esa persona que ve tus cicatrices y aún así se queda a besarlas....
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Una semana después...
Se podría decir que todo iba de maravilla, todo era tranquilidad y paz, Pedri había aumentado de paso de forma considerable lo que significaba que ya podría jugar de titular había avanzado de una manera descomunal con respecto a la repulsión hacia su apariencia aunque en algunas ocasiones aún rechazaba comida y eso no había pasado desapercibido por Pablo que había comenzado a sospechar de lo que le ocurría al mayor. Y hablando de Pablo el menor ya había comenzado los tramites de la denuncia en contra de Hugo, de igual forma cuando le comentó la situación a Laporta el cual entendió pero también le hizo prometer que debía asistir a la psicóloga del club para poder tener una opinión profesional de que el menor pudiera soportar todo lo significaría los temas de la denuncia además de revivir todo lo que le ocurrió significaba una gran presión mental, también había estado practicando para sacar su carnet. Ambos chicos se encontraban felices con lo que respecta a su relación, la mayoría de las veces se quedaban a dormir en la casa del canario o del menor —aunque algunas veces no eran para dormir específicamente — su amor iba creciendo cada vez más pero aún seguían sin ser nada oficial.
Estaban regresando del entrenamiento a la casa de Pablo ya que ese día se quedarían allí, al ingresar se toparon con Roma que se encontraba sentada en el sofá del salón con su portátil sobre las piernas, comiendo una barra de chocolate y en la mano sostenía un cigarrillo, los chicos la saludaron y ella les devolvió el saludo amable apagando el cigarrillo.
—¿Qué haces aquí tan temprano? —cuestionó el menor tomando asiento sobre las piernas de Pedri que se encontraba sentado en un sofá individual.
— Me mandaron del trabajo a casa —se encogió de hombros — No me he sentido bien entonces para que descanse me dieron el resto del día libre —suspiro dándole una mordida a la barra de chocolate.
—¿Patatas fritas con chocolate? —Pedri arqueo una ceja al ver la caja de patatas a medio comer.
— Se me antojó —murmuro sintiendo los mofletes arder.
Pablo frunció el ceño — ¿Y no se supone que deberías de estar descansando?
— Algo así, es que debo terminar está investigación.
El menor negó con la cabeza su amiga solía ser muy cabezota cuando quería igual que él. Estuvieron hablando sobre el entreno de los chicos y sus próximos partidos, al cabo de un rato se les unió Fermín que acaba de llegar.
— Uy patatas —se estiró para coger un par comerlas y luego tomo asiento junto a la ojigris abrazándola por los hombros pero al instante que lo hizo la chica se alejó arrugando la nariz —¿Qué ocurre?
