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Nada salía como lo planeabas.
Esa era una de las frases favoritas de Percy cada vez que se metía en problemas; sabía que todo lo que ocurrió con Nancy le traería problemas pero jamás pensó que su mejor amigo lo traicionaría de esa manera, ahora deseaba haber dicho que Rhea estaba allí viendo todo porque estaba seguro que ella jamás le hubiese dado use puñal en la espalda.
Expulsado; se repitió el niño de abrigo rojo sentado en la banca a las afueras de la prestigiosa escuela, de todas formas ya quería escapar de ese lugar... las unicas dos cosas que lo mantenían allí todo este tiempo eran sus dos mejores amigos, luego de esta tarde, solo Rhea.
Su mejor amiga, ahora solo podía pensar en ella, no la había visto ¿Le habían dicho que se iría? Probablemente no, de lo contrario se hubiese despedido de él, ¿entendería que no lo dejaron despedirse de ella?
Probablemente se indignaría con él.
Al menos eso creyó hasta que escuchó un grito cerca que lo hizo sobresaltarse para levantarse de la silla de madera al intentar ver de qué o quién se trataba, después de lo que pasó en el museo sus sentidos estaban alertas.
—¡No puedo creer que hagan esto!—Exclamó la niña de ojos azules indignada en cuanto se abalanzó hacia su mejor amigo para abrazarlo—¡Es injusto!
Lo era.
Pero para Percy, que su mejor amiga estuviese allí, abrazándolo e indirectamente apoyándolo era suficiente para que el sabor amargo en su estómago por la horrible situación disminuyera.
—Rhea—susurró Percy con pena cuando su mejor amiga se separó de él y lo observó con sus penetrantes ojos azules, la única diferencia era que los veía a través de una línea cristalizada—Por favor, no llores... no llores
—¿Como no lo haré? Mi mejor amigo se irá, estoy de luto... ¡mira mi ganchito!—Se quejó y Percy quizo reírse al notar el moño negro en la cabeza de su mejor amiga, ella odiaba ese color, así como odiaba la idea de que él se fuese de allí—Voy a extrañarte, PJ—el chico le limpio la lagrima que se resbaló por su rosada mejilla con una leve sonrisa nostalgia.
No era la única.
—Yo a ti, Dedee—Dijo al instante el rubio suspirando lentamente, lo haría, ¿Ahora quién lo obligaría a seguir aprendiéndose todo el musical de Hamilton?
—No he tenido mucho tiempo pero... quiero darte algo—Dijo quitándose la mochila rosa que cargaba, Percy no se había dado cuenta porque incluso en el abrazado solo se había fijado en ella y en la sensación que le causaba—Así podrás recordarme mientras acabe este año porque prometo que te visitaré siempre—aseguró lanzando la mochila al suelo.
El de rizos dorados anchó más su sonrisa al notar lo que su amiga sostenía en su otra mano, su primera fotografía juntos en la feria de Ciencias con un marco rosado y muchas calcomanías acompañadas de sus nombres.
