La tormenta de ayer había sido una de las peores que había presenciado en el país, para algunas campistas les pareció normal debido a que Zeus seguía enojado por el hurto de su rayo, sin embargo para Grover fue totalmente diferente, no había presenciado una así desde...
¿Acaso era posible?
¿Sus ojos no le mintieron al igual que su cerebro?
No había hablado de esto con nadie en el poco tiempo que llevaban sus dos mejores amigos en la enfermería; ni si quiera con el Señor Q o el consejo, de todas formas, cierto o no, nadie le creería no hasta que el mismo Dios de los cielos la reclamara, de lo contrario solo sería un cuento inventado para que todos creyeran como esos dos hijos prohibidos habían asesinado a un minotauro a los doce años.
Grover se levantó de la silla que estaba ubicada en medio del pasillo de las dos camillas donde estaban acostados Rhea y Percy, otra vez, el sátiro solo pensó que si ese era el destino, entonces ellos dos parecían estar conectados en todo lo que hacían, sentían o decían siempre.
Justo como ahora.
—Buenos días, New York—fue lo primero que recitó Rhea al abrir sus ojos poco a poco para encontrarse con la mirada preocupada de Grover—¿Esperen esperen esperen...esto es real?
—Están a salvo—Respondió el sátiro de suéter naranja para voltear hacia un callado Percy que miraba fijamente el cuerno del minotauro en la mesita de noche blanca a una distancia frente a ellos
—Pasó de verdad—Soltó el chico apretando su mandíbula para girar un poco su cabeza y mirar como su mejor amiga se levantaba para sentarse en la camilla ¿acaso llevaba otro vestido?
Percy quizo preguntar como era posible que cargaran una ropa totalmente distinta con la cual llegaron pero, apartó esa idea al saber que alguien los había cambiado, ¿Acaso no conocían la privacidad?
—Es una gran cosa matar a un monstruo así—Informó el pelinegro tratando de subirle el ánimo a los chicos que estaban más que desanimados, no los culpaba, había sido una larga noche para todos.
—¿Lo viste? ¿Viste lo que le pasó a mi madre?—Preguntó el rubio con voz baja y la niña que se había mantenido sentada en su camilla se levantó para ir a la de su mejor amigo y tomarle la mano para apretarla un poco—Nuestras madres...
Sabía lo que sentía, por eso, ella también necesitaba saber que Percy estaría para ella como Rhea lo estaría para Percy.
Eran su lugar seguro.
En ese momento era lo único que tenían junto a Grover.
—Chicos yo... lo siento mucho por...todo—Grover tragó saliva, no sabía que decirles más que eso, ya habían sufrido lo suficiente—Mi trabajo era protegerlos, traerlos aquí a salvo... quizás su les hubiera dicho la verdad un poco antes, sus madres...
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𝐃𝐀𝐍𝐃𝐄𝐋𝚰𝐎𝐍𝐒 - pjo
Fiksi Penggemar"En un mundo donde los dioses griegos aún caminan entre mortales, era imposible que alguno de ellos no se involucrara con los humanos"