—¿Te crees especial, princesita?—Rhea trató de moverse mientras sentía como estaba atada a una silla que la obligaba a mirar la misteriosa figura frente a ella, no podía verle la cara debido a la sombra que se formó en ella pero... sentía miedo.Era la misma voz que aparecía ahora más que nunca en sus constantes sueños
—¿Piensas que nadie puede reemplazarte?—Siseo con tono brusco y Rhea cerró sus ojos tratando de cantar una canción para evitar seguir escuchándola pero no podía, era como si sus pensamientos no le pertenecieran—la guerra se avecina y no hay nada que puedas hacer... todo esto va más allá de la guerra de Zeus y Poseidón... no es tiempo aún para que nos conozcamos pero.. pronto vas a tener que elegir, pequeña héroe.
Rhea tembló al sentir un frío viento recorrer por su cuerpo.
—Ahora vete y muéstrame de lo que eres capaz, princesita
Y de repente...
Oscuridad total.
Todo se había tornado negro hasta que un penetrante rayo de luz iluminó su cara para hacer que abriera sus ojos poco a poco para tratar de acostumbrase a la potente franja de luz que entraba por la escotilla que Grover acababa de abrir por petición de la hija de Atenea.
Ninguno de los dos había molestado a los cansados semidioses de ojos azules cuando se durmieron en prácticamente todo el viaje pero, era hora de despertar y su realidad era intentar contactarse con el campamento ahora.
—¿Eso hace algo?—Preguntó Grover hacia la de trenzas que movía un cuarzo transparente para jugar con la reflexión de la luz.—Porque ya casi estamos llegando
—¿Qué haces?—Se atrevió a preguntar Rhea levantándose de su esquina para caminar y sentarse junto a una confundida pelinegra, quien creyó que entre todos allí primero se acercaría al despierto hijo de Poseidón pero, no lo hizo.
Definitivamente Grover tenía razón, debían hacer algo para que ese par se amigara de nuevo.
Era extraño que el dúo dinámico no actuara como una pareja.
Percy frunció el ceño antes de restregarse sus ojos, ahora prefería estar en esa absurda pesadilla antes que afrontar la realidad , su realidad.
Todos los temores que se imaginó al creer que de decirle lo que sentía a Rhea se hicieron realidad en una sola noche.
Había arruinado su amistad con ella por su estúpido corazón no correspondido y tenía que soportarlo cuando no estaba listo para eso.
Annabeth se acomodó en la paca incomoda al tener a los dos semidioses en cada lado, se sentía de nuevo como en la balsa de Hefesto, sabía que no era la tercera rueda y mucho menos una rueda pero, si de por si ya era raro estar cerca de ellos, la notable tensión entre Rhea y Percy lo hacía mucho peor.
—¡Eso es muy bonito!—Expresó emocionada Rhea viendo como una luz violeta emanaba del cuarzo que la hija de Athena tenía en la mano.
—¡Si! tengo una señal—Afirmó la de trenzas viendo los colores del arcoíris comenzar a reflejarse en la pared del camión—Cesos de alga, la moneda, lánzala
El rubio asintió buscando el dracma en el bolsillo de su pantalón y como pudo la tiró provocando que esta atravesara el campo de luz para desaparecer de repente.
—Nunca me acostumbraré a esto—Confesó Percy anonadado, cada día descubría cosas asombrosas de todo ese mundo que ya no sabía que le sorprendía—Nunca dejará de resultarme extraño
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𝐃𝐀𝐍𝐃𝐄𝐋𝚰𝐎𝐍𝐒 - pjo
Fanfic"En un mundo donde los dioses griegos aún caminan entre mortales, era imposible que alguno de ellos no se involucrara con los humanos"