━ 32┊dos dioses en el casino

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Hermes.

Busca a Hermes.

Hermes.

Se repetía una y otra vez Rhea para no olvidar, no sabía donde estaba Grover o como se le había perdido de vista de un momento a otro pero, buscarlo sería más difícil que encontrar al padre de Luke.

Tal vez él al reunirse con él Percy y Annabeth ya lo habrían encontrado y juntos podrían buscar a Grover.

Sin embargo, su subconsciente sabía lo difícil que era buscar a alguien en ese lugar porque parecía ser como si el mismo casino tratara de perderla cada vez que alguna persona o un mesero se acercaba a ella para ofrecerle algo de comer.

Ya era bastante difícil concentrarse para perder su objetivo.

—Hermes, Hermes—Repetía la adorable niña de lazo rosado cubriéndose los oídos cuando una mujer se acerco a ella con una sonrisa y una bandeja llena de dulces.

Eso era bastante duro, se dijo a si misma, ella amaba la comida y más los dulces, esperaba que cuando regresaran al campamento los recibieran con alguna torta de chocolate, de lo contrario, se quejaría con la administración, o simplemente con el señor D.

—No gracias amable señora, pero no quiero—Susurró la niña cuando la mujer se paró frente a ella para intentar detenerla—Estoy en algo importante

No hables con extraños.

No confies en extraños.

Ya había tenido malas experiencias en toda la misión, no necesitaba otra.

—Vamos, solo un bocado, primor... quizás pueda ayudarte a concentrarte—Sonrió la mujer mostrando sus perfectos y blancos dientes, la mujer tenía un aura angélica pero al mismo tiempo maligna, era difícil de explicar pero, Rhea no se sentía bien—Es de chocolate y fresas con chispas de colores querida, a los niños les fascina.

La castaña frunció el ceño dudosa, ¡santos cupcakes! Esos eran sus favoritos ¿acaso estaban jugándole una  broma para ver si cedía a la tentación? ¡Porque estaba por perder!

—Yo... no creo que deba—Susurró bajando sus manos a su estómago que rugió al sentir el dulce olor de los pequeños pastelitos de chocolate.

No había comido nada dulce desde las muestras de brownies que el hombre del supermercado le regaló ¿cómo había sobrevivido tanto tiempo sin algo azucarado?

—Son gratis primor, si quieres de otros sabores, yo misma podría llevarte a la barra de dulces—Propuso la mujer bajando más la bandeja para que Rhea tragara saliva al tener los cupcakes tan cerca—Cortesía de la casa...

—Bueno, creo que uno no es tan malo—Opinó encogiéndose de hombros para extender su mano pero al intentar tomar su delicioso postre otra mano la aleja de pronto haciendo que la mujer de un paso atrás asustada.

—No creo que debas obligar a los niños a comer dulces... son malos para sus dientes, Medea—Siseo el rubio mirando seriamente a la mujer pelinegra que soltó una carcajada para pasar la mirada de la confundida niña del lazo al hombre

—¿Ahora mandan a alguien más a hacer el trabajo de los semidioses?—Cuestionó apretando la bandeja de plata

El rubio sonrió.

—Eso debería preguntar yo... ¿Buscas ofrendarle a Hera otra vez?—Cuestionó posicionándose al frente de la joven castaña que quiso soltar un grito cuando comprendió que era muy probable que estuviese frente a otro Dios—No te metas en sus asuntos y no nos meteremos en los tuyos aquí

𝐃𝐀𝐍𝐃𝐄𝐋𝚰𝐎𝐍𝐒 - pjoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora