¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Luke apretó su mandíbula disconforme mientras veía como la niña de azules ojos electricos continuaba repartiendo calcomanías en algunos campistas como motivación ¿A quién le importaban unas estupidas figuras que terminarían en la basura?
La bandera era lo importante.
Quizás a Annabeth no le importó mucho ver a Rhea con su armadura llena de calcomanías pero a él simplemente le parecía poco profesional, iban a un simulacro de guerra... no ha plaza sesamo.
Ridiculo.
Aún seguía sin comprender como a Percy podía gustarle tanto esa niña porque incluso si no se lo dijera, no hacía falta; por supuesto que no era ciego, después de todo, en cada oportunidad que tenía Percy le mencionaba a Rhea o prefería pasar tiempo con ella.
Sería difícil si lo quería de su lado... podía con uno pero no con los dos, además ¿Qué tenía para ofrecerle Rhea a Cronos? No era más que una niña que vivía en un cuento de hadas.
De todas formas.
A él ni si quiera le agradaba.
En todo siempre había un favorito, alguien a quien fuese amar o adorar a pesar de sus errores o simplemente a pesar de todo.
Justo como a los dioses.
Quizás por esa simple razón Luke odiaba a Rhea en cuanto la vio.
¿Como todos parecían estar cegados por esa cabeza hueca? Incluso su adorada Annie, en esos momentos era cuando más extrañaba a Thalia.
Alguien que seguramente haría entrar en razón a todos, Thalia si era una líder por naturaleza, alguien que mereciera ser seguida.
No una niña bonita sin sentido común.
—El primer equipo en recuperar la bandera contraria y llevarla al otro lado del rio ganará—Comenzó a decir el Quirón en el centro de ambos equipos rivales.
Rhea, que ahora se había colocado junto a Percy, sonrio cuando notó como su mejor amigo no se había quitado la estrella azul de la cara, incluso cuando los hijos de Ares se burlaron de él a lo lejos.
Oh, los hijos de Ares.
Ella nunca habían odiado a nadie, ni si quiera tanto a Nancy hasta que supo que si lo hacia... pero aquellos hijos del dios de la guerra y el ciclope que lastimó a su madre tenían un espacio especial en su lista, y no particularmente rosada.
Clarisse para ella había bajado diez escalones de simpatía.
—Como siempre, no habrá mutilaciones ni asesinatos. Confío en que respetarán las reglas—Decretó el centauro haciendo una pausa para repasar su mirada en los nuevos mestizos de ojos azules que lucían como si realmente no quisieran estar allí—Cualquier objeto mágico que posean también está permitido, cada campista que no esté herido tiene que jugar.
