—¡Parada!—Canturreo emocionada la niña de ojos azules cuando el autobús se detuvo por completo.
Había esperado todo ese tiempo por poder escapar de ese maloliente lugar, no la malinterpreten, estar junto a Percy era asombroso y divertido pero, estar al final de un bus y prácticamente en los baños era detestable y traumatizante para sus fosas nasales.
¿Acaso no conocían lo que era un aromatizante?
—Bueno, iré por unos bocadillos—Comunicó la de trenzas levantándose de su asiento después de darle una leve mirada a la emocionada Rhea, aunque su actitud demostrase ser alguien torpe no podía juzgarla, era una niña que había tenido todo fácil hasta ahora, comprendía porque seguía viviendo en su mundo de arcoíris y dulces.
Pero ahora, era momento de despertar.
—Iremos contigo—Aseguró al instante Percy tratando de levantarse de su silla cuando su mejor amiga hizo lo mismo y sin embargo, Annabeth solo lo detuvo a él para obligarlo a sentarse de nuevo en el asiento diciéndole que se quedara allí—¿Por qué?
—Si, huele horrible aquí atrás—Recordó la castaña cubriéndose su nariz con sus dedos para dramatizar y enfatizar a lo que Percy realmente quería decir.
Annabeth bufó.
Otra vez, podía soportar a los dos por separador, pero no juntos.
—Los monstruos no pueden olerlo a través de eso—Aclaró Annabeth obvia para que ambos trataran de entender el verdadero motivo, aunque siendo honesta, solo la retrasarían—Así que ahí es donde te quiero... tú puedes venir conmigo, princesita.
Percy rodó sus ojos y miró a su mejor amiga pensarlo, de todas formas que Rhea saliera de ese asqueroso lugar por unos minutos ahora era prioridad para él.
—De acuerdo, Annie...
—Annabeth—Corrigió la morena tratando de esconder su fastidio, no la conocía lo suficiente para que la llamara de esa forma, pequeña confianzuda.
Percy bufó.
¿Con ella dejaría a su hermosa Rhea a solas? ¿Que tal si la dejaba encerrada en el baño de la estación?
—Esperen, quiero votar—Detuvo Percy mirando a las niñas para luego ver hacia Grover por apoyo—¿Quién piensa que todos deberíamos ir a tomar aire y comprar nuestros propios refrigerios?
Rhea levantó la mano al instante con emoción, le gustaban las votaciones y Percy... Percy y su sistema de votos.
—No votaremos—Afirmó la cansada hija de Athena guardándose las ganas de rodar sus ojos, ¿Por qué le sorprendía? Era obvio que aquella princesita votaría por el niño pez—¿Papas fritas y refrescos están bien para ustedes?
—Pero, yo voté—Pronunció Rhea y los dos semidioses solo quisieron estrujarles la mejilla, ¿Como podía ser tan adorable? porque incluso si Annabeth estaba fastidiada por ambos, no podía negar que la hiperactiva y fantasiosa castaña le parecía cautivadora.
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𝐃𝐀𝐍𝐃𝐄𝐋𝚰𝐎𝐍𝐒 - pjo
Hayran Kurgu"En un mundo donde los dioses griegos aún caminan entre mortales, era imposible que alguno de ellos no se involucrara con los humanos"