Descontrolado(s) 3

L I B E R T A D

Cincuenta y dos

Capitulo veintidós

L I B E R T A D

Narrador universal

—Entonces, me besó, pero no fue cualquier beso, les juro que me beso con una intensidad y una pasión con la que nunca antes me habían besado— dijo Manuel, asombrado —Me voló la cabeza, me dejó con ganas de más ¿entienden?—

—¿Y entonces?— preguntó Marcos —¿Qué pasó?—

—La silla volvió a moverse, justo en ese instante, así que nos separamos— suspiró —Volvimos todo el viaje en silencio, y cada vez que yo trataba de hablarle, ella me cambiaba de tema, fingía que no recordaba lo que acababa de hacer... y cuando retire la foto, justo nos capturaron en medio del beso, me la guarde, no pude mostrársela, me mataría—

—Por lo menos quiso subir con vos, a mí Luján ni siquiera me aceptó la invitación— se quejó Marcos

—Marizza y yo fuimos juntos— habló Pablo —Como ella se sentía mal la acompañe hasta la cabaña, se bañó, le preparé un té, y cuando quiso acostarse me echó de su cabaña... —

—Bueno, tampoco podemos pretender que estén siempre dispuestas a darnos oportunidades, siendo que la mayor parte del tiempo somos tres idiotas— dijo Manuel —Nos mandamos una cagada tras otra—

—Yo no quiero una oportunidad— aclaró Pablo —Solo quería estar con ella, hasta que se sienta mejor —

—Y yo quería pasar el resto de la tarde con Mia, pero siendo que fui yo quien la rechazo en el pasado comprendo que ella no quiera verme, a pesar del impulso que tuvo—

—¿Saben que es lo peor?— preguntó Marcos, acercándose a la ventana de la cabaña, la cual les daba vista a donde estaban las chicas —Ellas esta noche van a estar hermosas, y cualquier cordobés va a poder acercarse a ellas, y nosotros no tenemos derecho a enojarnos, porque no somos nada—

—Marizza no va a ir a la fiesta de esta noche— aseguró Pablo —Se sentía muy mal esta mañana, dudo que quiera ir— 

Luego de la excursión de hoy, el profesor Mansilla había tenido la brillante idea de llevar a los futuros graduados a un boliche, con la esperanza que de tanto bailar esta noche duerman hasta tarde, así no tener que lidiar con ellos por unas largas horas. 

—Te aviso que Marizza se está preparando para salir —contestó, observándola —Se está maquillando—

Pablo corrió hasta la ventana, y definitivamente, allí estaba la pelirroja, lista para salir.

—Estas muy equivocado si crees que Mia y Marizza se van a perder una fiesta, te recuerdo que según ellas son una dupla infernal y no se cuantas cosas más— se quejó Manuel —Quiero cuidarlas esta noche, pero no quiero quedar como un pesado—

—Dejemos que hagan lo que quieran, supongo que saben cuidarse solas— respondió Pablo —Marizza es tu mejor amiga, y Mia es mi hermana, no somos sus guardiacárceles, dejemos que disfruten, son libres—

—Sus formas de disfrutar me aterran— confesó 

—Ellas saben lo que hacen— se encogió de hombros el rubio —Estamos de viaje de egresados, tenemos la libertad de hacer lo que queramos, no vamos a perder nuestro viaje detrás de ellas como perritos falderos—

—No me molesta serlo— se metió Marcos

—A mi si, yo no pienso volver a rogarle a una mujer— respondió Pablo—Solo quiero a alguien que quiera estar conmigo por lo que soy, con mis virtudes y defectos, que me ayuden a mejorar, en lugar de abandonarme ante el más mínimo error, quiero que me quieran, sin condiciones, sin tener que suplicar por un poco de amor... no voy a volver a rogar por migajas de cariño—