I. 𝐓𝐡𝐞 𝐆𝐫𝐞𝐞𝐧𝐢𝐞

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|| Capítulo Uno - La Novata ||
"omniscient"

UNA FUERTE SACUDIDA OCASIONÓ QUE DESPERTARA

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UNA FUERTE SACUDIDA OCASIONÓ QUE DESPERTARA. Luchaba por hacer que el oxígeno ingresara en sus pulmones. Inhalaba y exhalaba desesperadamente, hasta que luego de un par de minutos consiguió normalizar su respiración.

Fue entonces que prestó atención al lugar en el que estaba.

Se colocó de pie con ayuda de sus manos y observó todo a su alrededor. Pero debido a la oscuridad lo único que pudo descubrir fue que se encontraba en un cubículo. Al parecer un ascensor, pues oyó el fuerte sonido del metal rechinando y los engranajes girando. Además de la sensación de un continuo ascenso.

-¡Ayuda!...¡Por favor, ayuda! -gritó con todas sus fuerzas, pero no obtuvo respuesta alguna.

Caminó de un lado a otro, tratando de descifrar qué carajos hacía ahí y por qué no recordaba nada.

-¡Ayuda! -vociferó una vez más, tan fuerte que le dejó un pequeño ardor en la garganta. Golpeó las paredes de metal con los puños. -¡Por favor!

De pronto el ascensor tembló abruptamente, ocasionando que tropezara y se rasguñara la mejilla izquierda con la esquina puntiaguda de una caja que no había notado antes.

Tocó con dolor su mejilla y se limpió la sangre con la manga de su sudadera. Luego se acercó a inspeccionar la caja. Trató de abrirla, pero no encontró por donde. Comenzó a golpearla, pero no se rompió.

Frustrada se sentó recostando la espalda en una de las paredes del cubículo y apoyó las rodillas contra el pecho.

¿Dónde estoy? ¿Por qué estoy aquí? ¿Cómo llegué aquí?

Y la más desoladora de todas sus preguntas: ¿Por qué no recuerdo ni mi propio nombre?

Se tomó la cabeza entre las manos y apretó los ojos con frustración. Cuando los abrió, un par de lágrimas deslizaron por sus mejillas.

-Ayuda. -esta vez lo dijo casi en un susurro, mientras más lágrimas corrían por su rostro.

Todo era tan extraño.

Podía recordar el funcionamiento del mundo. Cosas como que este se dividía en naciones gobernadas por un presidente. O que existían festividades como la Navidad o Año Nuevo.

Pero sin embargo, no recordaba nada específico como voces o rostros.

Permaneció llorando con la cabeza sobre las rodillas y abrazándose a sí misma, por lo que pareció ser una eternidad.

¿Hasta dónde subiría el ascensor? ¿Estaría yendo a algún lugar o se quedaría encerrada ahí para siempre?

No, no podría vivir ahí...Tenía que hacer algo, no podía quedarse sentada.

𝐀𝐋𝐋 𝐅𝐎𝐑 𝐘𝐎𝐔 ━━ NewtDonde viven las historias. Descúbrelo ahora