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MIKAZUKI POV:

Me dirigía a pasos rápidos por los dormitorios, repitiendo en mi mente mi interacción con Suguru. Me desconcertó el hecho de que no me reconociera. ¿Cómo era posible? Era verano del 2006 a este punto ya deberíamos habernos conocido. Pero no era solo eso; al observar su aspecto, pude deducir que la misión del Plasma Estelar ya había pasado y habían fracasado. Llegué tarde, ¡maldición!

Si no me conocía en esta realidad, significaba que Tengen nunca me había dejado salir. Estaba resguardada con ella en el santuario de la escuela. ¡Qué fastidio! No me preocupaba mucho si me detectaban; la probabilidad era baja, dado que mi energía maldita era casi nula. Solo los hechiceros con un talento innato podían detectarme. No me sorprendía que Suguru no se hubiera dado cuenta de mi presencia, dado su condición estaba más distraído, pero eso no era lo más preocupante.

Era imposible que los Seis Ojos no me detectaran, aunque mi energía maldita fuera baja. Si me encontraba con Gojo en este momento, sería un problema. "Tengo que apresurarme", pensé, aumentando el ritmo de mis pasos. Tenía que llegar a Tengen antes del amanecer. Si Tengen se enteraba de que estaba aquí, habría demasiados problemas. Tenía que...

-"¿Quién demonios eres tú?"- cuestionó alguien con voz hostil.

Estaba a punto de girar en el pasillo cuando al escuchar esa voz me detuve en seco. No me giré, intenté calmar mis nervios y traté de poner mi mejor cara. Giré sobre mis talones y allí lo vi, parado enfrente de mí con su cabello despeinado. No llevaba sus lentes y traía una camisa y pantalones oversized. Por su aspecto, podía decir que ya estaba dormido.

Su mirada fija en la mía, esos malditos ojos... tan fríos como el océano pero tan cálidos como el cielo en verano. Sostener su mirada era difícil con esos lentes puestos, aunque no lo miraras directamente. Sabías que te observaba, te analizaba y te juzgaba. Su mirada era diez veces peor al desnudo. Podía ver perfectamente cómo sus pupilas se contraían al mirarme, como sus pestañas blancas se movían al parpadear. Cada detalle de sus ojos revelaba una intensidad que me inquietaba.

Tenía la impresión de que podía verlo todo. No, no tenía la impresión, de verdad podía verlo todo.

Permanecí observándolo, tratando de pensar en qué decir, cuando él rompió nuevamente el silencio.

-"Dije, ¿quién carajos eres tú?"- preguntó nuevamente con un tono de voz más alto -"Nunca te había visto por aquí. Además, tu energía maldita es muy baja"- exclamó.

-"Lo siento"- dije con una sonrisa -"Soy nueva aquí y parece que me he perdido. Mis más sinceras disculpas si te desperté"-

Gojo solo me observó con ceño fruncido; no parecía creerme. Giró su cabeza a la derecha, juzgándome de pies a cabeza. Su ceño se fruncía más con cada segundo que pasaba.

-"Eres nueva, ¿eh?"- me dio otra mirada, y su cabeza volvió a su posición -"¿Y en qué año vas?"- preguntó. Ahora yo era la que fruncía el ceño. Maldita rata blanca de Shrek, siempre queriendo saber más de lo que debe. La única cosa que concuerda en todas las realidades es que Gojo Satoru es un dolor en el culo.

Me quedé un tiempo más en silencio y decidí hablar -"Pase a segundo año"- Satoru me miró con ojos juzgadores, su mirada cada vez más intensa. -"¿En la misma clase que Nanami y Haibara? Si estás en su misma clase, ¿Cómo es que no estabas con ellos el año pasado?"- cuestionó cada vez más serio.

Rodeé los ojos -"Me transfirieron de escuela. Originalmente, estaba en la escuela de hechicería en Kioto, pero me cambié a Tokio"- dije con tono más molesto, cansándome de su interrogatorio. Las sospechas de Gojo solo aumentaban, no me creía ni un poco. Metió sus manos en los bolsillos y se acercó a mí. Permanecí en alerta, pero no me moví ni un centímetro para evitar levantar más sospechas.

-"¡SATORU!"- gritó una voz madura. Gojo se giró sorprendido al ver al Maestro Yaga. -"Satoru, ya sabes el horario. Nadie fuera de su dormitorio después de las 12"- dijo Yaga con autoridad.

-"Sensei, ¿conoce a esta chica?"- Gojo señaló en mi dirección, y Yaga lo miró aún más furioso, pensando que se estaba burlando de él. -"Satoru, sé que estos últimos meses han sido difíciles para ti, pero trata de dormir mejor. Ahí no hay nadie"- exclamó Yaga seriamente.

-"¿Huh?"- dijo Gojo, girándose hacia donde estaba yo, pero ya no estaba allí. Gojo estaba a punto de dar más 'excusas' a Yaga sobre la chica que encontró en los pasillos, pero Yaga no quiso escuchar más y lo tomó de una de sus orejas, llevándolo a rastras a su dormitorio como a un niño pequeño. A lo lejos, se podían escuchar las quejas de Gojo. Yo ya estaba lejos de ahí, pero pude escuchar parte de lo que discutieron.

El Maestro Yaga arrastró a Satoru a su dormitorio, reprendiéndolo por su comportamiento. Aproveché la oportunidad para alejarme aún más y seguir mi camino hacia lo más profundo de la escuela, donde se encuentra Tengen. Sabía que necesitaba urgentemente ir con él antes de que amaneciera, y la intervención de Gojo no hacía más que retrasarme.

Mientras caminaba por los oscuros pasillos, mis pensamientos se centraron en mi conversación con Suguru ¿Cómo era posible que no me conociera? La confusión se mezclaba con la preocupación por el tiempo perdido y la posibilidad de como esto afectaría en el futuro. -"¡Maldita sea!"- susurre frustrada.

No me tomó mucho tiempo llegar hasta donde Tengen se escondía; conocía ese lugar como la palma de mi mano. Bajé en el ascensor y caminé hasta el gran árbol. En el camino, noté las manchas de sangre en el suelo y las construcciones de madera totalmente destruidas, todo esto producto de la misión fallida, a pesar de ya haber pasado un buen tiempo parece que aún no lo han reconstruido por completo. Caminé hasta dirigirme al gran árbol y mirar el portal; Tengen no dejaba entrar a nadie sin invitación. Recé para que me dejara entrar, extendí mi mano y lentamente comencé a atravesar el portal. Suspiré aliviada y rápidamente entré; debía actuar rápido.

Caminé más hasta encontrarme con mi yo de esta realidad, le estaba haciendo un berrinche a Tengen de por qué no cumplió su promesa de dejarla ir a la escuela de hechicería cuando cumplió 15. Eso me hizo sentir nostálgica.

"¡Tú me prometiste dejarme ir a la escuela cuando fuera mi turno y ya hace 2 años de eso!" exclamó enojada.

"Mikazuki, entiéndeme", dijo Tengen -"tu técnica maldita es muy peligrosa".

"¡NO ME IMPORTA!" gritó la joven mientras sollozaba, "yo solo... quería una vida normal", exclamó la joven con voz cortada.

Sentí lástima al ver tal escena. No podía perder más tiempo; concentré la nula energía que tenía en mi puño. Noté cómo Tengen sintió la energía, pero fui más rápida que ella. Rápidamente, di un destello negro a mi yo de esta realidad en la espalda del lado del corazón, matándola al instante. Ella cayó inerte. Tengen miró la escena en shock y lentamente me miró."

-"Hola, cuánto tiempo"- saludé, tratando de romper el hielo.

-"¿Mikazuki?"- preguntó Tengen, incrédulo por la escena que acaba de presenciar -"Parece que no pude detenerte en todas las realidades"-

-"Es una lástima"- tomé un momento de pausa antes de continuar -"¿Quieres hablar?"- sugerí mientras me acomodaba en el suelo.

-"Mikazuki..."-, -"¿Qué demonios has hecho?"- preguntó Tengen, con un tono entre sorpresa.

Reí levemente -"Una locura"- admití amargamente, sabiendo que mis acciones acababan de cambiar drásticamente el curso de las cosas.

URÓBORO || Geto SuguruDonde viven las historias. Descúbrelo ahora