URÓBORO || Geto Suguru

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-Nota: la letra en cursiva significa pensamientos o recuerdos-

Septiembre 2006

Un nuevo ciclo escolar había comenzado. Mikazuki caminaba por los pasillos de la escuela junto con el profesor asignado a su grupo. Estaba haciendo cuentas; ella empezaría el segundo año en la escuela, mientras que Suguru cursaría el tercero. Había llegado tarde, así que no podría pasar tanto tiempo con Suguru como hubiera deseado. Se maldijo a sí misma por eso. Le quedaba exactamente un año para detener el colapso de Suguru. Mientras continuaba caminando, recordaba la conversación que había tenido con Tengen hacía 2 meses.

- "¿Quieres que no interfiera en tu camino y también te ayude?"- preguntó Tengen incrédula.

- "Sí, eso fue lo que dije"- contestó rápidamente Mikazuki. -"Necesito que modifiques unos archivos que demuestren mi intercambio de escuelas. Quiero crear documentos que comprueben mi existencia. No quiero tener piedras en el camino"- Mikazuki cruzó sus brazos. -"Por lo visto, mi existencia no es conocida aquí. Quiero evitar cualquier inconveniente, y por eso necesito que se falsifiques los documentos. Además, ya tuve problemas con Gojo. Lo menos que quiero es que me considere una enemiga"-

Tengen se quedó pensando en la propuesta. Aunque no demostrara ninguna emoción en su rostro no humano, que Mikazuki conocía perfectamente, sabía qué emoción tenía, después de todo, habían vivido juntas muchos años.

- "Solo lo haré con una condición"- exclamó Tengen. Mikazuki frunció el ceño.

-"¿Cuál?"- cuestionó la chica.

Tengen extendió su mano para que Mikazuki la estrechara. - "Hagamos un contrato"- propuso. La castaña parpadeó varias veces. Había sido una idiota al creer que Tengen aceptaría, así como si nada. Mikazuki puso una cara seria, con las cejas arrugadas y una mirada oscura, sus labios fruncidos en una línea.

- "No me mires así, sabes bien que hubiera sido peor si no hubieras venido"- dijo tranquilamente Tengen. La castaña ya lo sabía. Puso sus manos sobre sus rodillas, pensando en la propuesta.

- "¿Cuáles son tus condiciones?"- cuestionó la chica.

- "No me importa si cumples o no tu objetivo"- dijo Tengen sin pelos en la lengua. - "Qué cruel..."- exclamó Mikazuki con una risilla. - "Lo que me importa es que ya no vuelvas a ir a otra realidad"- dijo serio.

La risilla burlona de Mikazuki se desvaneció al escuchar eso. ¿Ya no podría ir entre universos? ¿Qué sucederá si vuelve a fallar? ¿Ya no podrá salvar a Suguru? - "De ninguna manera aceptaré eso, y lo sabes bien"- exclamó con enojo mientras apretaba sus manos en sus rodillas.

- "¿Quieres mi ayuda? Acepta el contrato"- Tengen seguía teniendo su mano en el aire, esperando ser estrechada. Mikazuki alzó su mano, quedando a centímetros de la mano de Tengen.

-"Mi condición es que me ayudarás en cualquier cosa que necesite y no dirás nada sobre mí en la escuela o a los peces gordos, además de que no interferirás en ninguna de mis acciones"-.

- "Mi condición es que nunca más vuelvas a usar tu técnica maldita. Vivirás y morirás en esta realidad"-

El momento era tenso; ninguna de las dos parecía hablar, moverse o siquiera respirar. En la penumbra de la habitación, solo se percibían las débiles luces de algunos instrumentos mágicos dispuestos en la estantería.

Se podía sentir cómo Tengen la miraba, totalmente seria y segura de la condición que había propuesto. Mikazuki no pudo evitar sentirse nerviosa, mientras sus ojos oscuros exploraban cada rincón de la habitación. Era un alto riesgo aceptar esto, pero, ¿Qué otra opción tenía?